Los observadores internacionales avisan del hartazgo ciudadano en Bulgaria ante la sucesión de elecciones

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La misión de observación electoral del Consejo de Europa ha advertido de que la baja participación en las elecciones parlamentarias de Bulgaria --ronda el 38 por ciento, según datos oficiales-- evidencia la falta de confianza de gran parte de la ciudadanía en los actuales líderes políticos, habida cuenta de que se trata de los terceros comicios en apenas tres años.

El jefe de la delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo, Alfred Heer, ha aplaudido por un lado la "buena organización" del proceso pero ha avisado de "un electorado exhausto por los ciclos interminables de elecciones". Por ello, ha emplazado a todas las partes a asumir "la realidad de la desvinculación" ciudadana y a actuar en consecuencia.

Heer ha expuesto que Bulgaria sufre "una crisis política" que, por ahora, "no es institucional", según un comunicado de la organización. El riesgo de "institucionalizarla" esté presente y el jefe de los observadores ha alertado de que "no hay democracia funcional sin una participación activa de los votantes".

Bulgaria lleva ya años encadenando gobiernos en funciones o que apenas duran unos meses y, a tenor de los resultados del domingo, "estas elecciones no han roto el 'impasse' político", como ha expuesto Heer. "La responsabilidad recae ahora en las fuerzas políticas de Bulgaria", que "deben moverse fuera de las divisiones partidistas para romper el estancamiento".

El partido Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) del ex primer ministro Boiko Borisov volvió a ser el más votado en las elecciones legislativas, aunque tendrá que negociar para formar gobierno. Borisov ha tendido la mano a posibles socios, pero la aritmética parlamentaria anticipa de nuevo un complicado horizonte de negociaciones, sin garantías de éxito.

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