La Coruña (España), 28 oct (EFE).- El padre del joven brasileño Samuel Luiz, que murió en 2021 en España tras ser apaleado por varias personas, denunció este lunes la crueldad y la humillación que sufrió su hijo: "Ni a un perro se le deja tirado en una cuneta, ni a un animal, y mi hijo allí estuvo, tirado", reprochó.
"Quien tenga que pagar, que pague", pidió hoy Maxsoud Luiz en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia Provincial de La Coruña, en Galicia, contra cinco procesados por la muerte de su hijo, el 3 de julio de 2021. La Fiscalía pide penas de entre 22 y 27 años de prisión, con el agravante de homofobia en dos de los acusados.
Entre lágrimas constantes, el padre censuró el "odio" con que trataron a Samuel Luiz, a quien calificó como su "mejor amigo", "un niño que tenía un futuro por delante" cuando se lo arrebataron.
"Vengo de una familia infeliz, que por la violencia de género y por la bebida se autodestruyó. Le enseñé a mi hijo valores, fue lo que le enseñé a mi hijo hasta el día en que me lo quitaron", aseguró.
"Mi hijo era una persona que tuvo una educación excelente, mi hijo era una persona que nunca bebió, no le gustaba estar en peleas, puedo decir que, a mi modo de ver y pensar, recibió una educación ejemplar, que tuvo en la iglesia conmigo y ahí nosotros educamos a la gente a ser buena gente", detalló.
Según su testimonio, era tan tranquilo que le decía que nunca se metería en líos porque él le daba ejemplo. "El consejo es que se apartara de la violencia siempre. Si hay algo, sal corriendo, apártate, porque se puede destruir una familia, siempre le enseñé eso", prosiguió el padre de Samuel.
"Yo no nací para juzgar, yo nací para estar dentro de una iglesia para ayudar a la gente y enseñar valores (...) Lo que hicieron con mi hijo fue odio. Ni a un perro se le deja tirado en una cuneta, ni a un animal, y mi hijo allí estuvo, tirado", agregó, tras recibir la paliza en una calle de la ciudad de La Coruña.
Relató, además, que un día le preguntó a su hijo por su orientación sexual, pero Samuel le respondió: "Papá, aún no es el momento".
Tras el asesinato de su hijo, su vida cambió porque le quitaron "lo que más amaba" y, "como a cualquier padre o a cualquier madre, si le arrancas un hijo, pierde el rumbo", por lo que desveló varios momentos con pensamientos suicidas.
Lo que quiere ahora es seguir su camino "sin hablar", por lo que pidió evitar a la prensa; y matizó que no venderá a su hijo ante los medios de comunicación: "Me ofrecieron muchas cosas por vender la vida de mi hijo, pero jamás", concluyó.
Tanto el padre como la madre y la hermana de Samuel Luiz padecen secuelas psicológicas, en concreto trastorno depresivo mayor crónico moderado; y él está incapacitado de modo permanente con un cuadro residual de trastorno mixto ansioso depresivo. EFE
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