(Bloomberg) -- El número de quiebras de empresas en Colombia va camino este año a su nivel más alto en una década, elevando así la presión para que el presidente Gustavo Petro implemente medidas para impulsar la economía del país.
Reformas al programa de subsidios para la vivienda del gobierno han motivado una drástica contracción en la industria de la construcción, uno de los mayores empleadores del país, y explican en gran parte el aumento del número de empresas en dificultades financieras. Economistas ahora temen que el efecto dominó del cierre de empresas frene el crecimiento de la economía en general.
A finales de septiembre, 1.230 empresas, excluidas las del sector de la salud y las finanzas, habían solicitado procedimientos de insolvencia este año, según datos de la Superintendencia de Sociedades de Colombia. Eso es más que en 2021 y 2022, y es probable que supere las 1.551 peticiones del año pasado, que fue el más alto desde al menos 2015.
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La construcción residencial comenzó a retroceder después de que se modificaran los subsidios de vivienda en abril de 2023 para dar prioridad a los pobres y a las regiones rurales en lugar de a las grandes ciudades. Pero cuando los constructores suspenden planes de nuevos apartamentos u otros proyectos, no solo dejan de contratar, sino que también cancelan pedidos de cemento, ventanas, electrodomésticos y demás.
“Eso tiene un impacto social supremamente grande”, dijo Luis Guillermo Vélez, superintendente de Sociedades entre 2010 y 2014. “Cuando no tienes el flujo de recursos entrando, los más débiles de la cadena, los que están más endeudados, son los que primero caen, pero no quiere decir que sean los últimos”.
Pero incluso con subsidios, pocas de las familias vulnerables que el gobierno de Petro esperaba ayudar tienen los medios para un préstamo hipotecario. Y las ciudades más pequeñas no poseen suficiente demanda para grandes proyectos de vivienda ni la infraestructura de servicios públicos para apoyarlos. Y muchas familias de clase media que habrían podido permitirse comprar una casa con la ayuda de un subsidio estatal quedaron de repente excluidas del programa.
Como resultado, en 2023 se concedieron alrededor de 50.000 subsidios del programa “Mi Casa Ya”, un 20% menos que el año anterior, según la Contraloría General de Colombia.
Las constructoras, que suelen contraer grandes préstamos para financiar sus proyectos, ya estaban lidiando con las altas tasas de interés en Colombia. Pero los cambios en los subsidios a la vivienda redujeron la demanda, dejando a muchos sin financiamiento necesario para iniciar la construcción, dijo Felipe Camacho, socio del banco de inversión Inverlink SA en Bogotá.
Billy Escobar, actual director de SuperSociedades, dijo que el sector de la construcción ha tardado más en recuperarse desde la pandemia, cuando se iniciaron la mayoría de los procesos de insolvencia. Los constructores de viviendas requieren permisos y licencias de terrenos, a diferencia de otras industrias como restaurantes u hoteles, añadió.
El gobierno modificó los programas de vivienda para apoyar a los más vulnerables, y como resultado más del 80% de los subsidios se asignaron a hogares en situación de pobreza extrema, dijo el Ministerio de Vivienda en respuesta a una solicitud de comentarios. También señaló las altas tasas de interés y los costos de construcción como razones de la disminución de actividad.
El gobierno reconoció que los cambios no estaban estimulando la construcción en grandes ciudades y revirtió algunas medidas, pero sigue dando prioridad a los más vulnerables. Las consecuencias aún se dejan sentir en la industria.
Unos 67 proyectos de vivienda subvencionada fueron desechados en todo el país en los 12 meses a junio, la mayor cantidad desde al menos 2016, según la consultora La Galería Inmobiliaria. El número de cancelaciones se eleva a 203 si se incluyen las promociones no subsidiadas.
Mientras tanto, las ventas totales del año pasado se desplomaron alrededor de un 50% al nivel más bajo desde al menos 2009, dijo Alberto Isaza, cofundador de La Galería Inmobiliaria. Dado que la planificación suele durar unos 18 meses, esta caída afecta a los proyectos que se construirán en 2025, añadió.
Juan Paulo MacAllister, quien dirige la unidad de desarrollo en IC Constructora SAS, dijo que la empresa ha paralizado planes para ampliar proyectos existentes y ha suspendido “varios” proyectos nuevos. Reconoció que esas decisiones repercuten ampliamente. “Si no arranco (un proyecto), dejo de consumir una cantidad de materiales básicos, dejo de contratar una cantidad de gente, dejo de pedir créditos”, dijo MacAllister.
Aunque el Banco Davivienda SA espera que la construcción en general crezca un 2,4% este año, se deberá más a un aumento del 14% en obras públicas. La construcción de viviendas y no residencial caerá un 3,3% en 2024 y se contraerá de nuevo en 2025, según el banco.
En los últimos doce meses se perdieron 127.000 puestos de trabajo en los sectores de la construcción y manufactura, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas de Colombia. Y son los vínculos entre esos sectores y otros los que provocan un efecto dominó, afirma José Ignacio López, presidente del centro de estudios económicos ANIF en Bogotá.
No se trata solo de que las empresas más pequeñas “se enfrenten a una parálisis por la debilidad de la demanda”, dijo. “Realmente, hay un cortocircuito en toda la cadena”.
Podría haber más problemas a corto plazo. La Cámara Colombiana de la Construcción, o Camacol, advierte que recortes de gasto del gobierno podrían reducir los subsidios de Mi Casa Ya en casi un 60% con respecto a los 50.000 previstos inicialmente.
No obstante, la crisis crea una oportunidad para otros inversionistas. Escobar, de SuperSociedades, dijo que se le han acercado varios potenciales compradores interesados sobre todo en construcción, infraestructura y salud.
Stephen Marks y sus socios de Emmersion Capital han ido acumulando activos en dificultades en Colombia tras observar el creciente número de empresas en apuros y la falta de liquidez de los bancos locales, los cuales tratan de hacer frente a un aumento de los créditos en mora. “Es como una tormenta perfecta que ni siquiera existía el año pasado”, afirmó Marks.
Para Vélez, el antiguo regulador que ahora asesora a empresas en dificultades, el estancamiento del crecimiento económico y el desplome de la inversión privada explican el aumento de las insolvencias. La formación bruta de capital se tornó finalmente positiva en el segundo trimestre de este año, con un tibio crecimiento del 1,7%, tras cinco trimestres de fuerte contracción.
“Si no tengo lo esencial, que es la confianza, puedo tener la plata pero no la invierto”, dijo Vélez. “Si no hay inversión privada, lo que acaba pasando es que el desempleo va a aumentar”.
Traducido por Eduardo Thomson.
Nota Original: Home-Building Woes Spur Colombia Insolvencies Toward Decade High
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