Santiago de Chile, 28 oct (EFE).- Chile hace balance este lunes de unos comicios locales que tuvieron una participación histórica del 84,8 % y en los que el poder municipal quedó repartido, con la izquierda oficialista manteniendo alcaldías de peso como Maipú y Viña del Mar, y la derecha imponiéndose en la emblemática alcaldía de Santiago Centro.
La amplia coalición con la que gobierna el presidente Gabriel Boric -integrada por su partido, el Frente Amplio (FA), el Partido Comunista y la centroizquierda-, se hizo con 110 de las 345 alcaldías en disputa, mientras que los conservadores de Chile Vamos alcanzaron 121, la ultraderecha logró 9 y el centro, 1.
El resto de alcaldes electos fueron independientes, sin afiliación a partidos.
Con el 100 % de las mesas escrutadas, hay un empate técnico entre la población gobernada por alcaldías de derecha (37,4 %) y alcaldías de izquierda (38,5 %).
"Después de elecciones muy cargadas para uno y otro lado, el resultado de estos comicios ha vuelto a poner en equilibrio la diversidad que existe en términos políticos en Chile y eso es motivo de alegría porque obliga a todas las fuerzas políticas a hablarle a las mayorías", dijo la vocera oficial, Camila Vallejo, recalcando el mensaje que transmitió el domingo Boric desde La Moneda.
En las elecciones a gobernadores, 11 de las 16 regiones de Chile requerirán la celebración de una segunda vuelta el próximo 24 de noviembre, debido a que ninguno de los candidatos logró más del 40 % de los votos, incluidas la Región Metropolitana del Gran Santiago y la de Gran Valparaíso, dos de las más grandes del país.
El oficialismo partía con ventaja para los comicios locales, pero tras conocerse una denuncia por presunta violación contra el exsubsecretario Manuel Monsalve, una de las figuras mejor valoradas dentro de su sector, los pronósticos cambiaron y apuntaron a un posible descalabro que, finalmente, no se cumplió.
Tanto Boric como su ministra del Interior, Carolina Tohá, recibieron críticas de la oposición y también de su propio sector por la gestión de un asunto tan extremadamente sensible para la izquierda, como la violencia machista, y por no haber cesado a Monsalve nada más enterarse de los hechos y haber esperado dos días.
Las pérdidas más dolorosas para la izquierda fueron Santiago Centro, donde Mario Desbordes, el exministro de Sebastián Piñera, se impuso por un amplio margen a la alcaldesa comunista Irací Hassler, y el barrio capitalino de Ñuñoa -el gran feudo frenteamplista-, donde la victoria conservadora fue por solo un puñado de votos.
"No es un desastre, pero perder estas dos comunas es una derrota para el Gobierno. Es previsible que haya un ajuste de gabinete fuerte", dijo a EFE Rodrigo Pérez de Arce, académico de la Universidad del Desarrollo.
La mayor alegría de la izquierda fue Maipú, donde Tomás Vodianovic, del FA y de 34 años, revalidó su cargo con más del 70 % y con más de 220.000 votos se convirtió en el alcalde más votado de Chile.
"Desde el día uno, nos abocamos a hacer una gestión sobria, seria y en terreno. No hicimos ninguna genialidad, solo hicimos nuestro trabajo", indicó el edil este lunes en un punto de prensa.
Pese a lo que vaticinaban todas las encuestas y al crecimiento de la ultraderecha con respecto a los comicios de hace cuatro años, finalmente no se dio el "sorpasso" y la derecha tradicional de Chile Vamos se consolidó como el principal bloque de la oposición.
"Vamos a sacar adelante nuestro país (...) Ya empezamos a trazar líneas para que puedan ser grandes alcaldes, alcaldesas y gobernadores, desde el primer minuto", dijo la alcaldesa saliente del barrio capitalino de Providencia, Evelyn Matthei, tras recibir en su casa a varios alcaldes ganadores de Chile Vamos.
Tras el repentino fallecimiento de Piñera en febrero en un accidente de helicóptero, Matthei se convirtió en la líder del sector y muchos ya la consideran la mejor candidata a las presidenciales de 2025.
Puente Alto, una de las comunas más pobladas de Chile y donde se impuso Matías Toledo, un joven independiente reconocido por su activismo vecinal, fue la gran pérdida de la derecha tras más de dos décadas de dominio.
También el acaudalado municipio de Las Condes, donde los votantes castigaron a Marcela Cubillos, exministra de Piñera y cuestionada por haber recibido un sueldo de más de 17.000 dólares al mes en una universidad concertada.
Para Pérez de Arce, el retroceso del ultraderechista Partido Republicano se debe, en parte, al "desgaste" que sufrieron tras liderar el segundo proceso constituyente, que fracasó cuando los ciudadanos rechazaron en diciembre del año pasado la propuesta de nueva Constitución con sello ultraconservador.
"Cartas supuestamente fuertes no lograron pasar a segunda vuelta de gobernadores. Quizá la apuesta de Republicanos apuntaba más a instalar nombres de cara a las parlamentarias de 2025 y a establecer bases territoriales", aseguró. EFE
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