Barcelona, 28 oct (EFE).- Aitana Bonmatí Conca (Sant Pere de Ribes, Barcelona, 1998) recogió este lunes en el Teatro del Chatelet de París su segundo Balón de Oro después de completar una última temporada espléndida con el Barcelona, con el que consiguió el póquer de títulos.
Si bien la catalana se quedó a las puertas del bronce olímpico este verano con la selección española, sus números con el equipo azulgrana explican su éxito y el porqué ha igualado a su compañera Alexia Putellas como única española en poseer dos Balones de Oro.
Y es que Bonmatí que, a día de hoy, es la máxima goleadora de la historia del Barça Femenino en la Liga de Campeones (22 tantos), acabó como máxima asistente en la Liga F (11) y en la Champions (6). Además, cerró el curso con 19 dianas y 21 asistencias sumando las cuatro competición que las azulgranas disputaron -y ganaron- portque también levantaron la Copa de la Reina y la Supercopa de España.
La de Sant Pere de Ribes ya venía, de hecho, de una temporada brillante. Y ninguna de sus competidoras – su compañera Graham Hansen, pichichi de Liga F, era la que más números tenía de disputarle el premio- han podido igualarla.
El éxito de Aitana, de 26 años, se explica, más allá de unos números estratosféricos para una centrocampista, en el impacto que tiene su juego en una selección española consolidada y un Barça demoledor.
Con solo 26 años, la ‘14’ ya registró la pasada campaña el mejor palmarés que una futbolista había acumulado jamás en un mismo año, pues fue la primera en ganar un Balón de Oro, una Liga de Campeones –junto con el trofeo a mejor jugadora del torneo- y una Copa del Mundo, también junto con el trofeo a mejor futbolista de la competición.
Un 2023 de ensueño en el que también se convirtió en la primera futbolista en conseguir el Laureus, fue galardonada con el ‘The Best’, el Globe Soccer Award, el premio IFFHS a mejor jugadora y el Golden Player Woman.
El segundo balón dorado se suma a un palmarés excepcional que no deja de ser un reflejo de su importancia en el centro del campo de un Barcelona que ha conseguido todos los títulos posibles y del combinado nacional que, aún sin medalla olímpica, está en el podio del ranking FIFA.
Con España, sus números son algo menos vistosos, pero ha sido una de las jugadoras con más minutos en todos los grandes compromisos. En 55 partidos, 40 de ellos titular, suma 22 goles y 7 asistencias.
Este último verano, en los Juegos Olímpicos de París anotó una diana y dio otra asistencia, saliendo de inicio en 5 de los 6 partidos en los que participó. Y en los dos partidos clasificatorios para la Eurocopa de 2025, Bonmatí consiguió dos goles.
En menos de dos meses del vigente curso –y con una ausencia por enfermedad por en medio- ya acumula dos asistencias en dos partidos de Liga de Campeones, y tres goles y una asistencia en cinco duelos de la Liga F partiendo desde la posición de interior.
Con ello, se ha convertido en la futbolista más deseada de Europa. Sin embargo, el Barcelona, su club desde los 14 años, la renovó hace menos de dos meses hasta 2028.
Su forma de jugar -el balón siempre pegado al pie diestro, hábil aún sin espacios y con la creatividad como su mejor arma- le ha colocado el cartel de indispensable en la posición de interior derecha.
Allí, al haber adelantado su posición, también ha ganando protagonismo en su faceta goleadora y ha liderado a su equipo y selección formando parte del once de gala en todos los partidos importantes en los que ha estado disponible.
Un estatus futbolístico que siempre reforzó con una férrea personalidad fuera del campo. Hija de unos padres que en 1998 ya lucharon por cambiar el orden de los apellidos –Bonmatí es el materno-, heredó la convicción de luchar por lo más justo y, así, dejó claros sus valores con respecto a temas como la lengua catalana o los refugiados.
Unos valores que refuerzan que más allá de lo deportivo, Aitana Bonmatí es un referente para un fútbol femenino cada vez mayor y afortunadamente cada vez más reconocido. EFE
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