Tokio, 27 oct (EFE).- El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, dijo este domingo que el partido gobernante "no ha podido ganarse la confianza de los votantes", ante las proyecciones de resultados de las elecciones generales que apuntan a que su formación perderá la mayoría parlamentaria.
"Todavía no ha terminado el proceso de recuento, pero considero que hemos sido juzgados con severidad. Tenemos que tomarlo con humildad", dijo el mandatario nipón en declaraciones a los medios locales tras cerrarse los centros de votación y mientras se procede al recuento.
Según las estimaciones de la cadena estatal nipona NHK, basadas en sondeos a pie de urna, el Partido Liberal Democrático (PLD) obtendría entre 153 y 219 escaños, lo que no le permitiría alcanzar por sí solo la mayoría simple y sería la mayor caída para la formación desde 2009, cuando el extinto Partido Demócrata de Japón asumió el poder.
Las proyecciones no clarifican por ahora si el PLD logrará sumar junto a su actual socio de Gobierno, el partido budista Komeito, suficientes votos para alcanzar los 233 escaños que marcan la mayoría simple y les permitirían continuar en el poder. Ishiba había afirmado que su objetivo en estos comicios era retener la mayoría con la que cuenta esta coalición.
Al ser preguntado por los medios sobre si estaría dispuesto a formar gobierno incluso si la actual coalición no alcanza la mayoría, Ishiba dijo que dependerá de las políticas que otros partidos respaldan.
Por su parte, la principal formación opositora, el Partido Democrático Constitucional (PDC) de Yoshihiko Noda -el último mandatario de un partido distinto al PLD-, lograría entre 128 y 191 asientos parlamentarios, según las proyecciones de NHK.
PLD y Komeito necesitarían sumar al menos 233 escaños de los 465 que componen la Cámara Baja del Parlamento nipón para mantenerse al frente del país asiático. Antes de estas elecciones, contaban respectivamente con 256 y 32 asientos, lo que les daba una cómoda mayoría de 288 escaños.
El PLD convocó los comicios anticipados apenas un mes después de que Ishiba se impusiera en las primarias de su partido, sumido en una profunda crisis de popularidad debido a una sucesión de escándalos que acabaron con la dimisión el pasado septiembre del anterior primer ministro, Fumio Kishida.
El más reciente de estos casos fue el de financiación irregular del partido que dio lugar a una purga interna comandada por el propio Kishida y que continuó Ishiba, quien decidió no incluir en sus listas electorales a los diputados incluidos en ese escándalo.
No obstante, estos diputados, la mayoría de ellos con fuertes lazos con el exmandatario nipón Shinzo Abe, concurrieron como independientes en sus respectivos distritos y podrían volver a ser admitidos en la formación conservadora en caso de ganar escaños que fueran necesarios para gobernar.
En los últimos días de campaña, los medios nipones publicaron que el PLD distribuyó unos 20 millones de yenes (unos 120.000 euros) entre ramas locales del partido lideradas por miembros que no tenían el respaldo oficial de la formación.
Esto ha reavivado la indignación de muchos japoneses por el escándalo de la financiación ilícita que salpica al partido desde finales del año pasado y ha restado credibilidad a las promesas de transparencia y honestidad con las que Ishiba asumió el liderazgo de su partido, según los analistas. EFE
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