El Gobierno de Irán ha denunciado los ataques israelíes de esta pasada noche contra varias posiciones militares en territorio iraní como una agresión a la soberanía nacional y una violación del derecho Internacional, si bien no ha amenazado explícitamente con devolver el golpe y en su lugar ha asegurado que la estabilidad regional representa una cuestión prioritaria para la república islámica.
"Irán se considera con el derecho y la obligación de defenderse de actos agresivos extranjeros, sobre la base del derecho inherente a la legítima defensa", hace saber el Ministerio de Exteriores en un comunicado en el que, sin embargo, "también reconoce sus responsabilidades con respecto a la paz y la seguridad regionales".
Teherán "recuerda a todos los países de la región su responsabilidad individual y colectiva de salvaguardar la paz y la estabilidad", antes de declarar su agradecimiento a "los países de la región amantes de la paz" que han expresado "su disgusto y su condena" por el bombardeo.
En este sentido, el Ministerio denuncia lo ocurrido como "una flagrante violación del derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, en particular del principio que prohíbe las amenazas o el uso de la fuerza contra el territorio, la integridad y la soberanía nacional de los países".
El ataque se ha saldado por ahora con dos militares muertos, confirmados por el Ejército iraní, y daños materiales por valorar del todo en bases miltiares de tres provincias del país: Teherán, Ilam y Juzestán. Israel ha enmarcado el ataque en una contestación al bombardeo iraní sobre el país del pasado 1 de octubre y deslizado a través de canales diplomáticos que se ha tratado de una respuesta puntual y limitada.
El Ministerio iraní, por último, llama a una "acción urgente y colectiva contra estas graves violaciones" y la "movilización inmediata de la comunidad internacional para detener el genocidio, la guerra y la agresión contra Gaza y Líbano y contener las acciones belicistas del régimen sionista".