Eduard Ribas i Admetlla
Washington, 26 oct (EFE).- Uno de los momentos más surrealistas de la campaña electoral en Estados Unidos fue cuando el candidato republicano, el expresidente Donald Trump, dio por terminado un encuentro con votantes antes de tiempo y ordenó reproducir una lista musical de 39 minutos mientras se balanceaba en el escenario.
Sonaron canciones que son recurrentes en las cenas que Trump acoge en su mansión de Florida, como 'YMCA', de Village People, 'An American Trilogy', de Elvis Presley; o 'November Rain' de Guns N'Roses.
Esa anécdota del 14 de octubre, que parece una salida de tono del republicano, refleja sin embargo el papel que juega la música en las elecciones estadounidenses.
Igual que lo demuestra el hecho de que Beyoncé se sumara este viernes a la lista de artistas que, como Bruce Springsteen o Eminem, han participado en eventos de la vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, para darle un impulso en la recta final de la campaña.
Harris cuenta además con el respaldo electoral de Taylor Swift, la mayor estrella pop del momento.
Los candidatos presidenciales de Estados Unidos han utilizado la música durante más de dos siglos, cuenta a EFE Eric Kasper, quien analizó este tema en un libro.
En general, utilizan canciones para transmitir los mismos mensajes que en sus discursos, pero su objetivo son "audiencias potencialmente diferentes": "La música puede atraer emocionalmente a los oyentes de una manera que los discursos u otros medios no pueden", agrega.
Harris eligió la canción 'Freedom' (Libertad), de Beyoncé, para su primer vídeo de campaña tras sustituir a Joe Biden como aspirante, y desde entonces este lema la ha acompañado a todos sus mítines para abrir y cerrar los eventos.
El momento más poderoso fue anoche en Houston (Texas), ciudad natal de Beyoncé, donde la superestrella pop apareció junto a Harris y encendió los ánimos del público.
'Freedom' forma parte de 'Lemonade', un álbum que rompió esquemas cuando fue presentado en 2016, y su letra habla sobre la libertad, en particular, sobre lo que esa palabra significa para los afroamericanos.
Hacer campaña con canciones que hablan de libertad en el título es una larga tradición en Estados Unidos. Lo hicieron por ejemplo John Adams (1797-1801), Thomas Jefferson (1801-1809), James Madison (1809-1817) o Abraham Lincoln (1861-1865), explica Kasper.
"La campaña de Harris intenta apelar a esta tradición de defender la autonomía de los votantes frente a los excesos del Gobierno", agrega.
Pero Harris se ha querido distanciar del concepto patriótico de libertad que los republicanos habían abanderado en los últimos años y ella propone en el video oficial "libertad para que las mujeres puedan tomar decisiones sobre su cuerpo", en relación al aborto, o la "libertad de estar seguro frente a la violencia de las armas".
No hay mitin electoral de Trump que no arranque con los acordes de "God Bless the USA' (Dios bendiga a EE.UU.), del cantante de country Lee Greenwood, mientras el republicano baila contenido, muestra el puño y señala a personas del público.
El propio Greenwood actuó en la Convención Republicana de julio, días después de que Trump sobreviviera a un intento de asesinato.
Esta canción patriótica, en cuyo estribillo el autor se dice "orgulloso de ser estadounidense", ha acompañado al magnate neoyorquino desde la campaña de 2016 que lo llevó a la Casa Blanca.
Pero en realidad se trata de todo un clásico del Partido Republicano desde que hace 40 años la comenzó a utilizar Ronald Reagan (1981-1989), de quien Trump también tomó prestado el lema 'Make America Great Again' (Hagamos EE.UU. grande otra vez).
La letra hace alusión a la libertad, pues identifica a Estados Unidos como el lugar donde se puede ser "libre", pero también "tiene referencias positivas a la religión, lo que la hace popular entre los votantes evangélicos", afirma Kasper.
Pero el country no lo es todo y los republicanos han incursionado también en la salsa con una canción en español que busca atraer el voto latino y que se burla de su rival demócrata.
"Kamala, qué mala eres", recita la adaptación trumpista de 'Juliana', el éxito del dominicano Cuco Valoy. Los votantes hispanos son clave en las elecciones y los resultados del 5 de noviembre dirán si Trump acertó o desafinó con ese tema. EFE
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