Bulgaria acude a las urnas este domingo por séptima vez en cuatro años con los fondos europeos en juego

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Bulgaria acude este domingo a unas elecciones por séptima vez en cuatro años, con la necesidad de establecer cierta estabilidad y gestionar así los fondos que llegan de la Unión Europea con vistas a su adhesión al euro, en las que nuevamente el derechista GERB del ex primer ministro Boiko Borisov parte como favorito.

Un favoritismo marcado por la indiferencia cada vez mayor de una población, que en junio se quedó en un mínimo histórico de menos del 34 por ciento de participación y que no se espera que en esta ocasión vaya a variar mucho, al igual que los resultados de aquella vez, con tres formaciones a la cabeza.

Al citado GERB (Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria) --siendo Borisov el primer ministro que más años ha estado en el cargo--, se les suma el Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS) y Seguimos el Cambio-Bulgaria Democrática (PP-DB), todos ellos de corte derechista y populista.

No obstante, no se descarta que dicha terna pueda verse modificada por el auge del partido prorruso Renacimiento, que ha ido creciendo en las últimas citas y apenas se quedó a un punto de PP-DB. En estos meses ha sido capaz de impulsar una ley que persigue los derechos de la comunidad LGBTI.

Desde que una serie de protestas contra la corrupción hiciera caer en 2020 al gobierno de coalición liderado por GERB y las propuestas para formar ejecutivo que han estado saliendo de las urnas estos cuatro años han sido todas rechazas, la implicación de los electores ha ido también en descenso.

En ese sentido, las elecciones de este domingo no garantizan que el país con los índices más altos de pobreza y corrupción de la Unión Europea vaya a salir del estancamiento al que ha sido relegado por su clase dirigente, con el temor incluso de fraude electoral mediante la compra de votos entre las minorías romaní y turca.

Las encuestas prevén hasta siete formaciones en el Parlamento y no descartan a una octava. Los partidos con mejor previsión casi no superan el 26 por ciento de los votos en una cámara de 240 escaños en la que se necesitan 121 para lograr la mayoría absoluta.

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