La Haya, 25 oct (EFE).- El Gobierno neerlandés acordó este viernes un paquete de “medidas de emergencia” para “aliviar la presión” sobre el sistema del asilo, por el que planea reintroducir controles fronterizos a partir de finales de noviembre para devolver a Alemania y Bélgica a migrantes en situación irregular y refugiados que hayan solicitado asilo en otro país europeo.
El gabinete neerlandés, una coalición de cuatro partidos que incluye a la derecha radical de Geert Wilders, considera que Países Bajos está “en una crisis de asilo” y el régimen actual es “insostenible”, lo que hace “necesario actuar de inmediato con un paquete de medidas para aliviar y reducir la presión en el sistema de asilo”.
“A partir de finales de noviembre, se realizarán controles fronterizos basados en el artículo 25 del Código de Fronteras Schengen. Los migrantes irregulares, incluyendo solicitantes de asilo que ya solicitaron asilo en otros países europeos, serán devueltos a Alemania y Bélgica”, señaló el gobierno en una carta al Parlamento.
El Ejecutivo presentará “lo antes posible” una nueva norma, la “Ley de Medidas de Emergencia para el Asilo”, y su entrada en vigor “será inmediata tras su publicación” en el Boletín Oficial.
“La capacidad de alojamiento está desbordada, las solicitudes no se pueden procesar a tiempo, generando largas listas de espera, y parte de los solicitantes causan grandes molestias. Las personas con derecho a protección no pueden avanzar en el proceso, y algunos solicitantes de asilo que no tienen derecho a quedarse no abandonan el país”, argumentó el gabinete.
El gobierno eliminará el permiso de residencia indefinido para refugiados y reducirá la duración del permiso temporal a tres años, en lugar de cinco, "así se genera la conciencia de que es temporal", señaló el primer ministro Dick Schoof, que prometió que “las entradas disminuirán y las salidas aumentarán”, puesto que también se pondrá fin a la posibilidad de reagrupar hijos adultos o una pareja sin matrimonio.
Asimismo, habilitará el próximo año de 50 a 100 celdas adicionales para “la detención de personas extranjeras”, que estarán “destinadas a solicitantes de asilo que hayan agotado su proceso o estén en situación ilegal, para ser deportados a su país de origen”.
La política de asilo para Siria, país en guerra desde 2011, se “endurecerá significativamente”, advirtió el gabinete, que limitará de forma provisional a un máximo de 200 los refugiados que acogerá Países Bajos como parte de los acuerdos de reasentamiento bajo el marco de la ONU.
El Ministerio de Exteriores publicará antes de fin de año un informe en el que identifica “zonas seguras” en Siria, y los solicitantes de asilo que sean de esas áreas ya no serán elegibles al asilo y deberán regresar al país árabe, mientras se evalúa la posibilidad de revocar el permiso de residencia de refugiados ya asentados legalmente.
El PVV de Wilders y el partido democristiano NSC, los dos socios con más diferencias dentro de la coalición, han acordado estas medidas en reuniones que han mantenido en las últimas semanas, y el miércoles se les han sumado los otros dos socios, los liberales del VVD y el partido de los granjeros BBB, que han dado su visto bueno al paquete de medidas acordado.
Wilders ha tenido que renunciar a la aplicación de una controvertida ley de emergencia nacional, con la que pretendía suspender parte de la Ley de Extranjería y saltarse al Parlamento para aplicar mano dura con los refugiados, pero aun así, ahora espera que estas medidas “extremas” agraden a su electorado, a quien ha prometido “el régimen de asilo más estricto de la historia” de Países Bajos. EFE