Una nueva investigación revela que la 'piel fría' del océano permite que los océanos absorban más dióxido de carbono atmosférico de lo que se creía anteriormente.
Estos hallazgos podrían mejorar las evaluaciones globales del carbono y dar forma a políticas de reducción de emisiones más efectivas, según la ESA, que financió en parte la investigación.
El océano global absorbe aproximadamente una cuarta parte de las emisiones de carbono de las actividades humanas, lo que es extremadamente importante para ayudar a frenar el cambio climático. Sin embargo, por otro lado, este beneficio tiene un costo: a medida que los océanos absorben más carbono, sus aguas se vuelven más ácidas, lo que pone en peligro la salud de los ecosistemas marinos.
Mejorar nuestra comprensión de los complejos procesos que impulsan los flujos de carbono entre el mar y el aire y refinar las estimaciones de cuánto carbono secuestra el océano global son cruciales para realizar evaluaciones precisas del presupuesto de carbono y tomar medidas climáticas informadas.
Los científicos han pensado que la piel del océano (una franja de agua superficial de 0,01 mm, más delgada que un cabello humano, que normalmente es un poco más fría que el agua de abajo) debería aumentar la cantidad de dióxido de carbono que se absorbe de la atmósfera.
Esto se debe a que el agua más fría es más eficiente a la hora de absorber dióxido de carbono. La concentración de gas entre esta fina capa superior y el agua, unos 2 mm más profunda, es lo que controla el intercambio de gases entre la atmósfera y el océano.
Sin embargo, esto nunca se había medido ampliamente en el mar, hasta ahora.
Gracias a la investigación, científicos de la Universidad de Exeter, el Laboratorio Marino de Plymouth y la Universidad de Southampton del Reino Unido evaluaron mediciones in situ tomadas desde barcos mientras atravesaban el Océano Atlántico.
Las mediciones se tomaron mediante sistemas de flujo que detectaron pequeñas diferencias en el dióxido de carbono en el aire que se arremolinaba hacia la superficie del océano y se alejaba de nuevo, junto con lecturas precisas de temperatura de la extremadamente fina piel del océano.
Basándose en estas mediciones, los nuevos hallazgos, publicados hoy en la revista Nature Geoscience, confirman que la temperatura de la piel del océano aumenta la absorción de carbono.
Los resultados sugieren que el océano absorbe aproximadamente un 7% más de dióxido de carbono cada año de lo que se pensaba anteriormente debido a la piel fría de la superficie. Esto puede parecer poco, pero cuando se integra en todos los océanos, esta absorción de carbono adicional es equivalente a una vez y media el carbono capturado por el crecimiento anual del bosque en la selva amazónica.
En la actualidad, las estimaciones globales de los flujos de dióxido de carbono entre el aire y el mar suelen ignorar la importancia de las diferencias de temperatura en la capa cercana a la superficie.
Daniel Ford, de la Universidad de Exeter, afirmó en un comunicado: "Nuestros hallazgos proporcionan mediciones que confirman nuestra comprensión teórica sobre los flujos de dióxido de carbono en la superficie del océano".
"Con la conferencia sobre cambio climático COP29 que tendrá lugar el mes que viene, este trabajo destaca la importancia de los océanos, pero también debería ayudarnos a mejorar las evaluaciones globales de carbono que se utilizan para orientar las reducciones de emisiones".