La petrolera italiana Eni cerró los nueve primeros meses de 2024 con un beneficio neto atribuido de 2.394 millones de euros, lo que supone una caída del 48% respecto de las ganancias contabilizadas en el mismo periodo del año pasado, según ha informado este viernes la empresa.
De su lado, la facturación de Eni hasta septiembre fue de 65.309 millones de euros, un 5,5% menos, incluyendo un retroceso del 7,4% en los ingresos del tercer trimestre, hasta 20.658 millones.
Entre julio y septiembre, la petrolera italiana contabilizó un beneficio neto atribuido de 522 millones de euros, un 72,7% inferior al anotado en el tercer trimestre de 2023.
"En el tercer trimestre, al ofrecer un rendimiento superior a las expectativas, hemos vuelto a demostrar la resiliencia de nuestro modelo de negocio", defendió el consejero delegado de Eni, Claudio Descalzi.
Por otro lado, el ejecutivo subrayó el compromiso de Eni de ofrecer rentabilidades competitivas para los accionistas y, como reflejo de los resultados, el progreso estratégico y las perspectivas de un desapalancamiento significativo del balance, anunció "un aumento adicional en la recompra de acciones en 2024 a 2.000 millones de euros".
En concreto, este incremento del programa de recompra hasta los 2.000 millones de euros en 2024 supone un aumento del 25% con respecto a la previsión anterior de 1.600 millones de euros y más del 80% por encima del plan original para el año.
De cara al conjunto del ejercicio, Eni ha revisado a la baja sus pronósticos y ahora confía en que su resultado proforma ajustado antes de intereses e impuestos (Ebit) ronde los 14.000 millones de euros, unos 1.000 millones por debajo de su anterior previsión.