El Papa ha eliminado del salario de los cardenales que trabajan en la Curia romana el llamado bono por secretaría y asignación de oficina, que corresponde a un diez por ciento de su sueldo total, y que se computa por 500 euros.
Según ha informado el diario 'Il Messaggero', la medida --con la que se elimina este extra que decidió incluir Juan Pablo II-- se llevará a cabo desde el 1 de noviembre y se enmarca en el plan de Francisco para hacer frente a la situación de déficit que arrastran las cuentas del Vaticano.
La decisión --que fue tomada en septiembre por Francisco quien después se lo notificó por carta-- permitirá ahorrar 180.000 euros al año, una cifra simbólica y un gesto que pone las bases para poder solicitar sacrificios a otros altos cargos del Vaticano. Los ingresos del Vaticano dependen casi exclusivamente de las donaciones. En 2023, el Óbolo de San Pedro, una de las principales fuentes de recaudación, sumó 48,4 millones de euros, una cifra insuficiente para cubrir los gastos de la Curia romana, que totalizan 90 millones.
Sin impuestos ni una política monetaria propia, la Santa Sede depende de los aportes de países como Estados Unidos, Italia y Alemania, entre otros, por lo que la baja recaudación del Óbolo de San Pedro pone en jaque las cuentas vaticanas.
Se trata de la segunda rebaja salarial que aplica Francisco. En marzo del 2021, rebajó los ingresos a los cardenales otro 10%. Además, el Papa también eliminó el privilegio del que gozaban los cardenales de disponer gratuitamente de los apartamentos en los que residen y que estaban cedidos por la Santa Sede. Ahora, tienen que pagar el alquiler.