Redacción Deportes (EE. UU.), 25 oct (EFE).- El gran momento deportivo que atraviesa este Inter Miami es directamente proporcional al éxito que está logrando también como proyecto y negocio, a las tres finales y los dos títulos (que pueden ser tres en unas semanas), se suma ahora la cuenta atrás para la joya de la corona del proyecto, su majestuoso nuevo estadio que cambiará para siempre la ciudad y les costará 350 millones de dólares.
Desde que David Beckham y los hermanos Mas comenzaron a dar los primeros pasos del proyecto, tuvieron dos preocupaciones principales, que consideraron como claves para que el club creciera rápido y exitoso. Lo primero era tener el atractivo para incorporar a grandes jugadores de talla mundial, y con Leo Messi a la cabeza, llegaron Sergio Busquets, Jordi Alba y Luis Suárez.
Lo segundo era el estadio, la sede del club, un reto probablemente más complejo incluso que fichar a Messi, porque la ciudad de Miami no destaca por las oportunidades de encontrar terrenos que sirvieran para lo que ellos tenían en mente, y además encontraron muchas complicaciones por el largo camino de cerrar una localización.
Lo consiguieron, y si la llegada de Messi cambió para siempre el destino del club, el nuevo estadio podría considerarse un movimiento a esa altura o incluso mayor en perspectiva. El futbolista argentino ha puesto al Inter en el mapa futbolístico, convirtiendo los despachos de la institución en una pasarela de grandes marcas interesadas en vincularse con el club de las garzas, así llegaron Royal Caribean, Chase, VISA…
El nuevo ‘Freedom Park’ que componen el estadio y su recinto, sin embargo, cambiarán para siempre la ciudad de Miami. Situado a menos de un kilómetro del aeropuerto internacional, su impacto en el condado y en la metrópolis serán totales, tal y como confirma Xavier Asensi, presidente de operaciones: “Será lo primero y lo último que la gente vea cuando se vaya o llegue a Miami”, comenta a EFE.
El Inter Miami ha firmado un ‘lease’ de treinta años con la ciudad por la ocupación y explotación de estos terrenos públicos, aunque el acuerdo incluye dos opciones de ampliación hasta un máximo de 99 años.
Una vez que el estadio abra sus puertas en 2026, el club pagará 588.079 dólares al año en concepto de alquiler, más casi tres millones por el desarrollo comercial de la zona. En total algo más de tres millones y medio anuales.
Por un lado está el salto cualitativo en el recinto deportivo, con un estadio de última generación, estable, y que además pasará de los 21.550 asientos del actual Chase Stadium a los 26.700 espectadores que podrán darse cita en el nuevo Freedom Park.
Del otro lado, está todo lo que habrá en torno al nuevo hogar del Inter, el proyecto cuenta con 131 acres, 58 de ellos serán el parque público más grande de la ciudad, que se sumará a las zonas verdes de Miami, con canchas deportivas, tiendas, locales de entretenimiento, atracciones, restaurantes, hoteles y espacios de oficinas.
La localización es perfecta, en pleno corazón de la ciudad, bien comunicado con distintas autopistas y apenas a siete kilómetros del ‘downtown’ y la zona financiera.
“El Miami Freedom Park es la culminación a años de trabajo duro y el deseo de llevar a cabo una visión, creando un legado que perdure para los aficionados, la comunidad de Miami y el sur de la Florida. Estoy muy feliz de ver que ese sueño está haciéndose realidad”, comentó un David Beckham muy sonriente, consciente de lo que costó, en lo administrativo, adquirir esos terrenos que previamente eran el club de golf Melreese.
Tras todas las batallas administrativas e intentar varias localizaciones diferentes, ahora todos apoyan el proyecto. Desde el gobierno de la Florida de Ron DeSantis se han aprobado 8 millones de dólares.
Existe un claro interés de las instituciones públicas ya que el nuevo recinto creará 15.000 nuevos puestos de trabajo directos e indirectos, y generará más de 40 millones de recaudación en tasas entre los impuestos estatales y locales.
Para el crecimiento del club es un paso clave, según Asensi, se trata “del proyecto más excitante de la industria del deporte, estamos hablando del estadio, de todo un distrito, del parque abierto más grande de la ciudad de Miami”.
El estadio acogerá los partidos del Inter desde principios de 2026, una vez terminada la primera fase de construcción, que aún continuará durante los primeros meses del año hasta tener todo el proyecto finalizado para la celebración del Mundial de la FIFA.
El Freedom Park no será sede de la gran cita futbolística, pero la Copa del Mundo sí se presenta como un escaparate ideal para que el Inter dé a conocer a todo el planeta su nueva joya, cuando aficionados y periodistas de todos los lugares acudan al sur de la Florida y puedan visitarlo. EFE