Edurne Morillo
Tokio, 24 oct (EFE).- Shigeru Ishiba asumió el cargo de primer ministro de Japón el pasado 1 de octubre y convocó elecciones anticipadas para este domingo, sin embargo, el descontento de la población por los altos precios y la falta de subidas en los salarios podrían arrebatarle a su partido la mayoría parlamentaria.
Tras su nombramiento a comienzos de mes, Ishiba dijo que en materia económica promoverá medidas para impulsar más subidas salariales en el país, que cuenta con una inflación sostenida en torno al 2 %, el objetivo marcado por el banco central nipón.
Aludió también al "nuevo capitalismo", la estrategia económica promovida por su predecesor, Fumio Kishida, y dijo que al igual que este apoyará el gasto de los hogares y tratará de mitigar el impacto de las subidas de precios.
"El gran problema de Japón es el creciente coste de la vida. Los votantes pueden tolerar que el partido gobernante sea corrupto siempre y cuando a ellos les vaya bien. Pero cuando la gente empieza a sentir que empeora su nivel de vida, eso es lo que de verdad les enfada", explicó en una entrevista con EFE Jeff Kingston, director de Estudios Asiáticos de la Universidad Temple de Japón.
Este experto considera que muchos nipones prefieren dar su voto al Partido Liberal Democrático (PLD), un partido que ya conocen y que permanece en el Gobierno casi de forma ininterrumpida desde 1955, que a la oposición, que en opinión de muchos ha realizado una peor gestión en sus breves mandatos.
"Creo que el PLD perderá votos, aunque no tantos como apuntan algunas predicciones", afirmó Kingston en referencia al efecto que tendrá en las urnas el escándalo de financiación irregular que desembocó en la dimisión de Kishida.
Antes de que Ishiba disolviera la cámara y convocara los comicios, la formación que encabeza contaba con 256 asientos, 23 por encima de los 233 que marcan la mayoría simple. Junto a Komeito, su socio en coalición, ambos partidos sumaban 288 del total de 465 escaños.
Algunos sondeos señalan que el PLD podría perder su mayoría parlamentaria este domingo y requerir de los escaños del Komeito para seguir en el poder.
La llegada al Gobierno de Ishiba tras las primarias del PLD fue recibida con preocupación en los mercados con caídas cercanas al 5 %, en un fenómeno que fue conocido como "Ishiba Shock" (la conmoción de Ishiba).
Los inversores japoneses reaccionaron así ante los comentarios del mandatario sobre su intención de subir impuestos sobre ganancias de capital y dividendos, además de sus declaraciones sobre la necesidad de normalizar la política monetaria del país ante su lenta recuperación.
"Ishiba ha apostado por mantener la política de 'nuevo capitalismo' planteada por Kishida, y habló de imponer nuevos impuestos sobre los dividendos y las ganancias de capital, pero no ha vuelto a mencionar esta última medida después de ver la reacción de los mercados", añadió Kingston.
Con respecto a la normalización de la política monetaria del país, el mandatario también ha mandado un mensaje abstracto, diciendo que el Banco de Japón (BoJ) "es el que debe lograr la estabilidad de precios", aunque sí aseguró "una estrecha colaboración" con el mismo.
En el primer día de campaña electoral, el mandatario anunció una ampliación del presupuesto para el actual año fiscal con vistas a aliviar los efectos de la inflación en los hogares e incentivar el consumo.
El nuevo primer ministro ha definido también la baja natalidad y despoblación que vive el país como "una emergencia silenciosa" y ha asegurado que buscará vías de respaldo a la maternidad y a la conciliación para frenar la caída de los nacimientos en el país, y para contener el declive demográfico que afecta a las zonas rurales.
"La caída de la natalidad y sus consecuencias, como la reducción de la población, son un tema clave para la nación", dijo Ishiba poco antes de llegar al poder y definió estas dos cuestiones como "una emergencia silenciosa".
Aunque no apuntó a ninguna medida concreta, dijo que su Ejecutivo trataría de implementar reformas en relación a los estilos de trabajo del país, como la reducción de la jornada laboral o la introducción de un horario laboral flexible que facilite la crianza de niños.
En cuanto al "Japón vacío", afirmó que "las regiones son el principal motor del crecimiento", y que se debe trabajar con los gobiernos locales e incrementar subvenciones para invitar a la gente a las zonas rurales e incrementar su impulso.
"La experiencia de Ishiba como ministro de Revitalización de Áreas Rurales puede ser beneficiosa para el PLD. Las zonas rurales están sobrerrepresentadas en el sistema electoral nipón, y esos votantes pueden considerar a Ishiba un buen candidato para reactivar zonas en declive", concluyó el citado experto. EFE
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