La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este miércoles que los ataques israelíes deliberados contra edificios supuestamente vinculados a la Asociación Al Qadr al Hasán, considerada el ala financiera del partido-milicia chií Hezbolá, equivalen a crímenes de guerra al tratarse de infraestructuras civiles.
"Los repetidos ataques del ejército israelí contra instituciones financieras libanesas indican un ataque deliberado e ilegal contra el ala civil de Hezbolá. Designar a una institución civil como objetivo militar debido a su afiliación en lugar de por su contribución efectiva a la acción militar pone en riesgo todas las operaciones comerciales en tiempos de guerra", ha denunciado el investigador sobre Líbano de HRW, Ramzi Kais.
Asimismo, ha sostenido que los ataques del Ejército israelí contra asociaciones y grupos que ofrecen servicios a cientos de miles de personas debido a su afiliación a Hezbolá "no solo violan las leyes de la guerra sino que también corren el riesgo de castigar a quienes dependen de estos servicios para su sustento".
La ONG ha recordado que desde la crisis económica libanesa de 2019 un número cada vez mayor de libaneses se han convertido en clientes de dicha asociación, que fue sancionada en 2007 por Washington por haber sido utilizada por Hezbolá para gestionar sus actividades financieras. Israel, por su parte, ha alegado que el grupo está proporcionando financiación pero no que esté directamente involucrado en el conflicto armado.
Así, ha hecho hincapié en que el uso por parte de un grupo armado de una institución financiera, asociación o banco no equivale a una contribución efectiva a la acción militar y, por lo tanto, no es un objetivo militar legítimo según las leyes de la guerra.
Ante esta situación, HRW ha señalado que los aliados de Israel deberían suspender la ayuda militar y venta de armas al Gobierno de Benjamin Netanyahu, dado que han sido utilizadas repetidamente para cometer graves violaciones de las leyes de la guerra.
Los ataques israelíes llevados a cabo durante la noche del domingo al lunes alcanzaron a una treintena de oficinas pertenecientes a la asociación y ubicados en varios puntos del país, pero especialmente en los suburbios del sur de la capital, Beirut, y en el sur y este del país.