La recuperación de la economía europea continúa beneficiándose de una respuesta contundente a las crisis, pero está "muy lejos" de alcanzar su pleno potencial, según advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI), que insta a los países de la Unión Europea a avanzar hacia un mercado único más grande y más integrado, especialmente para bienes, servicios y capitales.
"Para que Europa alcance su pleno potencial de crecimiento, se necesita un mercado único más grande y más integrado, especialmente para bienes, servicios y capital", afirma la institución en su informe de perspectivas para Europa, presentado este jueves en Washington.
En el documento, la institución advierte de que la incertidumbre sobre la inflación, el sentido de las políticas económicas y los conflictos geopolíticos lastran las perspectivas a corto plazo, mientras que, a más largo plazo, el débil crecimiento de la productividad y los nuevos obstáculos derivados de la incertidumbre sobre los efectos de la fragmentación, el cambio climático y otros cambios estructurales frenan el crecimiento potencial.
En este contexto, el FMI considera que las autoridades europeas necesitan políticas macroeconómicas estables para ayudar a las empresas y los hogares a navegar en un entorno incierto, lo que, en el corto plazo, significa hacer una transición hacia una postura de política monetaria neutral y, al mismo tiempo, reducir los déficits sin poner en peligro un aterrizaje suave.
De este modo, la entidad destaca que los bancos centrales han comenzado a relajar sus políticas, y recomienda que, en las economías avanzadas de Europa, "las reducciones de tasas deberían continuar de manera constante", aunque subraya que los bancos centrales deberían responder con flexibilidad a cualquier sorpresa o evolución importante de los datos.
"Dadas las incertidumbres en torno al nivel de las tasas neutrales, los bancos centrales tendrán que abordar el final del ciclo de flexibilización con cautela y estar preparados para ajustar la tasa terminal teniendo en cuenta los resultados económicos y de inflación", apunta.
Asimismo, el FMI considera que ha llegado el momento de que la política fiscal reconstruya los colchones y garantice la sostenibilidad de la deuda pública, que ha aumentado sustancialmente desde 2020, tras el apoyo prestado durante las crisis recientes.
En este sentido, advierte de que, con una inflación más cercana a la meta y niveles moderados de crecimiento, la elevada deuda se convertiría en una vulnerabilidad si no se aborda mediante esfuerzos de ajuste a medio plazo, por lo que califica de "bienvenido" el cambio de política fiscal en marcha y considera "un paso crucial" el nuevo marco de gobernanza fiscal europeo, que debería implementarse según lo planeado.
"En el caso de los países con un alto nivel de deuda, el ajuste fiscal debería concentrarse al principio para demostrar determinación, asegurar la confianza del mercado y crear margen para abordar las necesidades de gasto futuras", recomienda.
PROFUNDIDAD DE MERCADO
En su informe, el FMI relaciona la baja productividad de Europa con la falta de profundidad y escala del mercado y defiende que un mercado único "más profundo y más grande" ofrece el potencial de un resurgimiento del crecimiento de la productividad.
"Los mercados europeos están demasiado fragmentados para proporcionar la escala necesaria para que las empresas crezcan, Europa no tiene escasez de ahorro, pero sus mercados de capital no dan impulso a las empresas jóvenes y productivas", ha señalado en rueda de prensa Alfred Kammer, director del Departamento Europeo del FMI.
En este sentido, el informe recuerda que la integración de la cadena de valor en el Viejo Continente "se ha estancado desde la última década" y siguen existiendo barreras sustanciales a los bienes y los flujos comerciales.
Según el análisis del FMI, en 2020 los costes del comercio dentro de Europa equivalieron a un arancel ad valorem del 44% para el sector manufacturero promedio, en comparación con el 15% entre los estados de EE.UU., y hasta el 110% en el caso de los sectores de servicios.
De este modo, las prioridades de reforma a nivel europeo deben incluir la eliminación de barreras y el avance del mercado de capitales y la unión bancaria.
En concreto, considera "medidas clave" abrir sectores protegidos, como los servicios financieros, las telecomunicaciones y la electricidad a más competidores extranjeros; mejorar la infraestructura fronteriza; y armonizar las normas para las empresas que operan en diferentes jurisdicciones, ya que reducirían los costes comerciales y aumentarían los beneficios de escala.
Asimismo, para el FMI es necesario promover los mercados de capital y la unión bancaria, desarrollando así un mercado único para los servicios financieros, que es "particularmente importante" para ayudar a aumentar la financiación de inversiones de mayor riesgo, pero potencialmente muy productivas, al tiempo que se reducen los costes de los préstamos transfronterizos y la inversión extranjera.
Las medidas a nivel europeo deben complementarse con fuertes esfuerzos de reforma interna, señala el Fondo, ya que los costes de entrada al mercado siguen siendo altos para aquellas empresas que logran entrar en los mercados de otros países europeos respecto de las que ingresan en los mercados estadounidenses, lo que indica que existen mayores barreras de entrada y margen para aliviar las barreras administrativas.
Por otro lado, también considera prioritario abordar la escasez de mano de obra calificada mediante mercados laborales más fluidos y opina que las regulaciones del mercado laboral "deberían proteger a los trabajadores y dejar de proteger empleos específicos".
En conclusión, Alfred Kammer, ha subrayado que Europa tiene los medios para llevar el crecimiento a su máximo potencial. "Esto está totalmente bajo el control de Europa y es necesario hacerlo", ha apostillado.