Daniel Chapo, de político casi desconocido a nuevo presidente de Mozambique

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Maputo, 24 oct (EFE).- Dirigente de perfil bajo en el partido gobernante de Mozambique y casi un desconocido para muchos hasta hace unos meses, Daniel Chapo fue declarado este jueves ganador de los comicios presidenciales del pasado día 9, según los resultados provisionales emitidos por la Comisión Nacional de Elecciones (CNE).

Chapo (Inhaminga, Sofala, 1977) es el único candidato en liza nacido después de la independencia de Mozambique en 1975 y no tiene una militancia partidista significativa en el Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo), que gobierna el país desde entonces, ni pasado relacionado con la lucha por la independencia de Portugal.

Sólo ha ocupado los cargos de administrador de los distritos de Nacala-à-Velha y Palma, ambos en el noreste del país, y el de gobernador de la provincia de Inhambane (sureste) de 2016 a 2024, puesto del que dimitió en mayo para centrarse en la campaña presidencial.

Pero su juventud y relativa inexperiencia no fueron óbice para que Chapo llegara a la cita electoral como el gran favorito, por delante de los otros candidatos: el principal líder de la oposición, Ossufo Momade, de la Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo); Lutero Simango, del Movimiento Democrático de Mozambique (MDM), y Venâncio Mondlane, ex de Renamo, que se presenta como independiente.

La poderosa maquinaria propagandística del Frelimo se ha ocupado de labrarle el camino al éxito durante los últimos meses gracias a su predicamento entre los funcionarios y su gran influencia en los medios de comunicación públicos y también en los privados.

Daniel Chapo, casado y padre de tres hijos, nació en el distrito de Inhaminga, en la provincia central de Sofala, una región que fue blanco no solo de una de las peores masacres de la guerra colonial portuguesa (1961-1974), sino también de la posterior guerra civil (1977-1992).

Hijo de un ferroviario y una empleada doméstica, las raíces de Chapo se encuentran lejos de la revolución, aunque desde muy pequeño sufrió en sus carnes los desastres de la guerra.

"Cuando tenía cinco años fui capturado con mis padres por la guerrilla de la Renamo (primer partido actual de la oposición y antiguo grupo rebelde). Vivimos dos años en cautiverio. Es una experiencia que no quiero que se repita para ningún mozambiqueño, por eso la paz es fundamental para mí", narró en una entrevista concedida a varios medios.

Antes de dedicarse a la política, Chapo se formó como periodista, trabajó en una emisora de radio y en la televisión de una iglesia evangélica, fue profesor universitario de Derecho Constitucional y Ciencias Políticas y también ejerció de notario.

A ese currículum puede sumar ahora la jefatura del Estado, aunque el Consejo Constitucional debe validar aún los resultados electorales definitivos.

Para convencer a más de 17 millones votantes registrados, el candidato oficialista, de 47 años, prometió "trabajar" y "luchar contra la corrupción", así como priorizar la independencia económica de sus compatriotas.

"En 1975 se liberó la tierra y el pueblo, pero nuestra lucha tiene que ser acabar con la dependencia externa del Estado para llegar a fin de mes", dijo en campaña.

Tras una semana de duras negociaciones en un comité celebrado a puerta cerrada, el Frelimo designó el pasado mayo a Chapo secretario general del partido y candidato presidencial, pues el jefe de Estado saliente, Filipe Nyusi, no puede optar a la reelección al completar su segundo y último mandato permitido por la ley tras nueve años en el cargo.

Sin embargo, los estatutos de Frelimo obligan a sus miembros a priorizar las directrices del partido sobre sus funciones en el Estado. Y Nyusi seguirá liderando la formación, por lo que está llamado a convertirse en un presidente en la sombra.

Chapo será el quinto presidente de Mozambique pero todo apunta a que gobernará con un Parlamento elegido por Nyusi, que ha sustituido a 144 candidatos a las elecciones legislativas -que también se celebraron el 9 de octubre- por miembros más fieles a él, dejando fuera a "camaradas" históricos del Frelimo. EFE

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