Glasgow (R. Unido), 24 oct (EFE).- La finca del castillo Balmoral, donde la reina Isabel II pasaba los veranos y donde falleció a los 96 años, ha presentado planes para convertir uno de sus edificios en un espacio dedicado a la celebración de bodas, aunque no estarán abiertas al público en general.
Las ceremonias en el edificio conocido como Queen's Building, ubicado a cientos de metros del castillo principal, en Aberdeenshire, en las Tierras Altas de Escocia, podrían albergar hasta 277 invitados, incluyendo actuaciones en directo, música y servicio de alcohol hasta las 00:30 horas, según los documentos presentados al consejo municipal de Aberdeenshire.
“La parte de Queen’s Building puede utilizarse para bodas, cenas, reuniones y eventos asociados… Estos eventos pueden incluir actuaciones en directo y bailes en los que se puede vender alcohol hasta las 00.30 horas”, se detalla en la solicitud de licencia.
Un portavoz de la residencia real de Balmoral puntualizó que no hay planes para que la finca celebre bodas de carácter comercial.
Los documentos especifican que los eventos serán “poco frecuentes a lo largo del año”.
El consejo municipal deberá decidir si se aplicarán regulaciones adicionales en el uso del patio exterior, que podrían incluir la prohibición de música amplificada.
Balmoral ha sido la residencia vacacional de la familia real en Escocia desde 1852 y fue donde la difunta reina Isabel II pasó sus últimos días.
Este verano, el rey Carlos III abrió las puertas del castillo al público por primera vez, con entradas a un coste de 100 libras (116 euros) por persona y 150 libras (174 euros) si se incluía el tradicional 'afternoon tea’.
Las entradas se agotaron en solo 24 horas en lo que fue un primer intento por acercar su patrimonio al pueblo británico.
Los planes para el Queen's Building, que actualmente se utiliza para visitas y como espacio para eventos del personal, han sido presentados y se decidirá en los próximos días si se aprueba la solicitud.
Entre los cambios propuestos también se incluye el uso de un patio exterior que podría albergar a 144 invitados adicionales.
El rey Carlos III ha continuado con la tradición de la familia real de pasar las vacaciones de verano en Balmoral, aunque él y Camila prefieren alojarse en la aledaña finca de Birkhall, donde pasaron su luna de miel. EFE