Un mes de ofensiva israelí sume al sur del Líbano en la devastación y el silencio

Nabatieh enfrenta la devastación tras un mes de bombardeos israelíes: el antiguo mercado y el Ayuntamiento destruidos, miles de desplazados y un silencio abrumador en la ciudad

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 Noemí Jabois, Ana Maria Guzelian e Isaac J. Martín

Nabatieh (Líbano), 23 oct (EFE).- Un rastro de destrucción lleva a la ciudad de Nabatieh, que una vez fue uno los de los centros turísticos del sur del Líbano. Tras un mes, la campaña de bombardeos israelíes que ha afectado gravemente a la localidad ha dejado el mercado antiguo y el Ayuntamiento destruidos, y apenas personas en sus calles.

Solo el crujido de los cristales bajo las pisadas y un dron israelí surcando el cielo rompen el silencio en esta ciudad fantasma, en la que los dueños de las casas y tiendas han dejado todo atrás para huir hacia el norte del país. Alrededor de 1,2 millones de libaneses se han visto forzados a dejar sus hogares en el último mes, según cifras oficiales.

Nabatieh, una de las localidades más afectadas por la intensa campaña iniciada por Israel hace hoy justo un mes y en buena medida reducida a escombros, sufrió grandes golpes la semana pasada.

Un ataque israelí contra el Ayuntamiento mientras se llevaba a cabo una reunión de gestión de crisis asesinó al alcalde de Nabatieh, Ahmad Kheil, en la que fue la mayor acción contra un funcionario libanés. Esa semana, el mercado antiguo de Nabatieh también fue destruido en un bombardeo de Israel.

Sin apenas un alma en la calle

El tenebroso silencio en la ciudad se ve enturbiado por alguna moto, coche o las pisadas de algún señor mayor que pasea entre las calles, donde hoy el gris caracteriza a una ciudad antes llena de color.

En su coche aparece un joven, identificado como Ali Baghdadi, que afirma a EFE que han crecido sabiendo que esto pasaría.

"Pero pasara lo que pasara volveríamos aquí y aquí está (la ciudad), de hecho está destruida pero todo el mundo tiene esperanzas de volver", indica frente a un centro de salud vacío y una mezquita que aún mantiene su belleza resquebrajada en su minarete.

Critica a "entidades usurpadoras" como Israel o Estados Unidos que buscan "robar la riqueza" de la población libanesa.

"Su único objetivo es desplazarnos, un proceso de desplazamiento sistemático para los chiíes, especialmente en este momento", asevera el joven, que añade que igualmente existe "resistencia" de la población ante los ataques de Israel, que hace tres semanas inició una invasión en el sur del país mediterráneo.

"Hay hombres que se quedarán aquí y nadie entrará. Es cierto que puede llevar mucho tiempo, pero nos quedaremos aquí (...) Todo esto se puede reconstruir y lo importante es que nos quedaremos aquí contra su voluntad", asevera.

A lo largo de un año de guerra entre Israel y el Líbano, más de 2.500 personas han muerto, la gran mayoría durante el último mes, entre ellos más de 100 niños. Además, otras 11.000 han resultado heridas.

Desde la intensificación de la campaña israelí, los ataques se han concentrado en el sur y el este del Líbano, aunque también han tocado puntos en el norte del país.

La destrucción del histórico mercado de Nabatieh, que data de 1910, ha sido un golpe muy duro para su población y para los visitantes que iban a pasear a este zoco a cielo abierto, sobre todo los lunes, donde se entremezclaban los sacos de especias, los dulces y prendas de todo tipo.

Ahora, hasta los ositos de peluche yacen entre los escombros. Aún se ven zapatillas olvidadas de niños y casas cercanas en las que todo es visible a través de sus cristales rotos.

El mercado de Nabatieh ha sido objetivo de Israel en varias ocasiones durante las guerras que han azotado el Líbano, la última vez en 2006.

Un asalto a la memoria colectiva de la zona, en la que se erigían casas históricas de arquitectura tradicional libanesa, ahora borradas del mapa.

Además de en Natabieh, Israel ha atacado patrimonio libanés en Tiro y otras zonas del sur, y hasta lanzó un ataque a tan solo 500 metros de las ruinas romanas de Baalbek, Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el este del país, cuyos daños están a la espera de ser evaluados. EFE

(foto) (vídeo)

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