Al menos tres personas han sido detenidas este miércoles en el tercer día de disturbios en varias áreas de Lisboa tras la muerte en la víspera de un hombre negro en un barrio de la localidad de Amadora a manos de la Policía portuguesa.
Los episodios de violencia se han registrado durante la pasada noche en varias zonas de la capital, especialmente en los municipios de Oeiras y Amadora, donde se ha producido la quema de algunos vehículos y enfrentamientos con la Policía.
Los agentes han tenido que utilizar balas de goma para contener a las multitudes de algunos de los barrios "sensibles" de la capital, en los que incluso han tenido dificultad para acceder, informa el portavoz de la Policía, Sérgio Soares, a RTP.
La situación ha sido "controlada", afirma Soares, quien ha informado de que las detenciones se han producido por destrozos y enfrentamientos con los agentes en el barrio de Zambujal, en Amadora, cerca de Cova da Moura, la barriada en la que Odair Moniz murió a primera hora de este lunes bajo los disparos de un agente.
De acuerdo con la versión policial, Moniz, de 43 años, intentó saltarse un control y se dio a la fuga, chocando con varios vehículos antes de resistirse a la detención utilizando un arma blanca. Un agente respondió con hasta cuatro disparos.
Este policía ha sido ya imputado y el arma le ha sido retirada para continuar con la investigación. Según las autoridades se trata de un procedimiento habitual en este tipo de situaciones. Los colectivos del barrio niegan esta versión y han denunciado la "impunidad" constante de los agentes en estos barrios.
"Se destruye la imagen de los vecinos y trabajadores de esta comunidad para que cuando ocurren tragedias como esta haya algún tipo de justificación", ha denunciado Flávio Almada, de la asociación Moinho da Juventude.
Por su parte, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha defendido el orden público y la seguridad como "valores democráticos que hay que garantizar", a través de las fuerzas de seguridad, después de los episodios de violencia que se han vivido durante la pasada noche en la zona metropolitana de Lisboa.
"Nuestra sociedad, a pesar de los problemas sociales, económicos, culturales y las desigualdades que todavía atraviesa, es generalmente pacífica y así tiene que continuar siendo, sin inestabilidad y mucho menos violencia", ha reclamado.