Meloni considera Egipto seguro pese a su "extrema represión", denuncian egipcios en Italia

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Joan Mas Autonell

Roma, 23 oct (EFE).- Mientras el Gobierno italiano mantiene a Egipto en su lista de países seguros como parte de una ley para apuntalar el traslado de migrantes a Albania, egipcios residentes en Italia lo consideran una afrenta opuesta a la realidad: su país no es un lugar seguro para ser repatriado ante la "extrema represión del régimen", dicen a EFE.

En las calles de Roma, donde reside desde que huyó de El Cairo en 2017, el periodista Maaty El Sandoubi asegura que la decisión del Ejecutivo de Giorgia Meloni es un espaldarazo al Gobierno de Egipto, que a su juicio está dominado por "una banda de criminales".

Alega que el régimen del presidente Abdelfatah al Sisi mantiene en la cárcel a un número altísimo de presos por motivos políticos, y tiene sangre en sus manos por la muerte de miles de personas, entre ellas del italiano Giulio Regeni. "La inexistencia de cualquier tipo de derechos" hace que Egipto no sea seguro para nadie, tampoco para los que migraron a Italia y podrían ser repatriados, cree Sandoubi.

Secuestros, torturas, desapariciones forzadas, acusaciones falsas o juicios farsa son "prácticas comunes" para acallar a disidentes, voces críticas o reporteros, y al menos 60.000 personas pasaron por las prisiones egipcias desde que Al Sisi asumió el poder en 2014, explica a EFE Noor Khalil, egipcio con asilo en Italia, abogado y director de la ONG Plataforma de Refugiados de Egipto.

"En Egipto hay muchos crímenes y violaciones de derechos humanos, no hay justicia ni protección para las víctimas", remarca Khalil.

Según concreta, dejó su país "por razones políticas" y desde hace tres años vive en Italia, donde obtuvo protección internacional. Por ahora no pretende volver a Egipto, donde cree que sería detenido.

"En mis últimos años en Egipto me arrestaron varias veces, sufrí desapariciones forzadas, padecí torturas, amenazaron a mi familia", cuenta el letrado, preocupado por la actitud ante la situación de su país por parte del Gobierno italiano de la ultraderechista Meloni.

Esta aprobó la semana pasada un decreto-ley para reforzar su poder para designar qué países de origen de migrantes son seguros, entre los que está Egipto, en un paso tomado para blindar su plan de envío de migrantes a centros cerrados en Albania y sortear la Justicia.

La semana pasada, el Tribunal de Roma ordenó sacar a 12 migrantes que seguían retenidos en el país balcánico, en virtud del pacto de Italia para la externalización migratoria en Albania.

La corte, en base a un fallo previo de la Justicia europea, arguyó que sus países de origen -Egipto y Bangladés- no eran seguros, por lo que internarlos en Albania y repatriarlos desde ahí no era válido. Ahora, ya en suelo italiano, su defensa busca recurrir el rechazo de sus solicitudes de asilo por parte de las autoridades italianas.

"Es vergonzoso lo que hace Meloni", dice Sandoubi, que asegura haber vivido en su propia piel la intimidación del régimen egipcio. En 2017 -explica- se fue de casa tras recibir un aviso de "arresto inminente" que consiguió evitar "en el último momento".

Sandoubi cubrió como periodista la revolución de 2011 y colaboró con la tele pública italiana RAI para seguir la muerte de Regeni, un estudiante italiano torturado y asesinado en 2016. En este caso están acusados cuatro agentes de los servicios secretos egipcios ante la Justicia italiana, un proceso abierto con el que Egipto "no ha colaborado".

Este trabajo periodístico que señalaba al régimen le puso en el punto de mira de las autoridades, asegura. "Casi todos mis colegas ya habían sido arrestados. Preferí escapar antes que ir a prisión, al menos aquí puedo expresarme", agrega.

Menciona también las desapariciones forzosas como otro grave abuso que se ha convertido en un fenómeno generalizado en su país.

Según la Comisión Internacional de Juristas, este 2024 el régimen de Al Sisi "siguió cometiendo desapariciones forzadas", lo que afectó también a manifestantes pacíficos y periodistas. Esto se suma a los más de 4.250 casos de desaparecidos por la fuerza entre 2015 y 2023.

Asimismo, según Khalil, Egipto sufre problemas económicos por "un Gobierno lleno de corrupción que roba dinero de su ciudadanía y no permite poderes ni instituciones independientes".

Este es un elemento que hace que quién se va del país no deba ser considerado solo como migrante por razones económicas, añade.

"Egipto tiene una grave crisis económica", pero deriva de "una crisis de derechos humanos", concluye este asilado en Italia, ahora preocupado ante el temor de que sus autoridades no respeten el derecho a pedir protección internacional de sus compatriotas. EFE

(foto)

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