Bangkok, 23 oct (EFE).- La oposición birmana ha asegurado que el Ejército del país ha matado a al menos 24 civiles, entre ellos tres niños, durante una campaña de bombardeos y asesinatos en masa como represalia después de que las fuerzas prodemocráticas avanzaran posiciones en un bastión rebelde del centro del país.
El Gobierno de Unidad Nacional (NUG, por sus siglas en inglés), que se autoproclama la autoridad legítima de Birmania (Myanmar) tras el golpe de Estado de febrero de 2021, denuncia en un comunicado firmado la víspera que la matanza tuvo lugar entre el 11 y el 20 de octubre en la localidad de Budalin, en la región central de Sagaing.
Según su relato, un comando del Ejército birmano -Tatmadaw- comenzó a detener civiles, utilizarlos como "escudos humanos" y a "bombardear, asesinar en masa y quemar viviendas" en la zona después de haber sufrido "importantes pérdidas" en un enfrentamiento con "fuerzas revolucionarias" el 30 de septiembre.
Entre los al menos 24 civiles asesinados afirma que hay tres niños, tres mujeres y un anciano, y añade que seis cadáveres fueron desmembrados y sus restos exhibidos en las vallas de las casas, así como otros 60 civiles detenidos y utilizados como escudos humanos.
La denuncia del NUG se produce después de que el pasado martes la junta militar volviera a invitar a sus rivales, entre ellos las milicias prodemocráticas al amparo del NUG, a negociar una salida política al conflicto, de cara a la celebración de unas elecciones promovidas por los generales.
Se trata de la segunda vez en semanas que la junta realiza la misma oferta, después de que a finales de septiembre hiciera un llamamiento para resolver el conflicto mediante la "política" o "elecciones".
Sin embargo, la oferta fue rechazada por los grupos rebeldes, incluido el NUG, formado en parte por diputados que iban a constituir el Legislativo derrocado por los militares el 1 de febrero de 2021, y que actúa como el brazo político de las fuerzas populares prodemocráticas (PDF, por sus siglas en inglés).
Las PDF, impulsadas en gran medida por jóvenes que se lanzaron a la lucha armada tras la asonada, han ganado terreno al Ejército desde entonces, sobre todo tras la llamada Operación 1027 -por su lanzamiento el 27 de octubre de 2023-, auspiciada por una alianza de guerrillas en el norte del país y expandida después a zonas como Sagaing también con el apoyo de las milicias prodemocráticas.
La celebración de elecciones ha sido una de las promesas de la junta tras el golpe, justificado por los militares por un supuesto fraude en los comicios de noviembre de 2020, ganados con el aval de observadores internacionales por la Liga Nacional para la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi, detenida desde la sublevación.
La LND de Suu Kyi, que había liderado una década de transición democrática, fue disuelta tras el golpe, de modo que las elecciones no contarían actualmente con un partido opositor de peso.
La asonada ha abierto una espiral de violencia en Birmania con nuevas milicias civiles, exacerbando la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas, con cerca de 5.900 fallecidos en manos de las fuerzas armadas desde 2021, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Birmania. EFE