Faro (Portugal), 23 oct (EFE).- Los Gobiernos de España y Portugal firmaron este miércoles once acuerdos en varias materias durante la 35ª cumbre hispano-lusa, que incluyen la regulación de los caudales del Tajo y el Guadiana, aunque siguen sin coincidir en lo que respecta a las fechas y la prioridad del tren de alta velocidad.
El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro luso, Luís Montenegro, copresidieron por vez primera vez esta cumbre bilateral, celebrada en Faro (Portugal), a la que acudieron acompañados por once ministros por parte española y trece por parte portuguesa.
Casi cuarenta años después de que ambos países entraran en la comunidad económica europea, Sánchez recordó que tanto España como Portugal "son motores del proyecto europeo".
En una rueda de prensa conjunta al final de la reunión, el socialista español recordó que "esta ha sido la cumbre del agua" y quiso poner en valor el "gran esfuerzo" de ambos gobiernos para "proteger los ecosistemas fluviales".
Por su parte, el conservador Montenegro indicó que es "relevante" que haya una "gestión compartida y sostenible" de los recursos hídricos, en un contexto de crisis climática y periodos de sequía.
Uno de los acuerdos suscritos establece un régimen de caudales en el Tajo y el Guadiana, en el marco del Convenio de la Albufeira.
En el caso del Tajo, España y Portugal han fijado los principios que regirán un caudal diario a partir de la presa de Cedillo, en Cáceres, para preservar los caudales circundantes.
En paralelo, han alcanzado un compromiso para establecer caudales mensuales en el tramo de Pomarão, en la frontera del Guadiana con Huelva, con el fin de garantizar el buen estado del estuario y una distribución equitativa.
El otro gran tema de esta cita era el asunto sempiterno en las cumbres hispano-lusas, el tren de alta velocidad, sobre el que ambos países no concuerdan ni en fechas ni en prioridades.
Sánchez dijo que el compromiso de su Ejecutivo con el AVE que unirá Madrid-Lisboa es para 2030, mientras que el que conectará la capital de Portugal con Oporto y Vigo es para 2032.
Sin embargo, Montenegro, sin mencionar fechas, remarcó que la "primera" prioridad de su Gobierno es la conexión Lisboa-Oporto-Vigo, mientras que "la segunda prioridad" es la que vinculará la capital con Madrid, a través de Évora (Portugal) y Badajoz.
En cuanto a las conexiones por carretera, ambos Ejecutivos rubricaron sendos convenios para la construcción de dos puentes transfronterizos sobre el río Sever y el Guadiana.
Los puentes unirán Cedillo (Cáceres, España) con Nisa (Portugal), por un lado, y Sanlúcar del Guadiana (Huelva, España) con Alcoutim (Portugal), por otro.
Más allá de los tres grandes temas de la reunión -el agua, el tren de alta velocidad y las carreteras-, los dos Ejecutivos coincidieron en la importancia de las interconexiones energéticas y en la visión de convertir la Península Ibérica en un "'hub' global" de renovables.
Montenegro fue contundente a este respecto y afirmó que la materialización de los compromisos establecidos entre Portugal, España, Francia y la Comisión Europea "no puede esperar más".
En ese sentido, opinó que "no es posible" que se esté hablando siempre de los mismos asuntos "cuando son asumidos como compromisos en documentos solemnes".
Por su parte, Sánchez recordó que ambos países comparten un mercado híbrido y que ahora se trata de hacer que la Península Ibérica sea "un verdadero 'hub' global" de energías renovables.
Durante la rueda de prensa, que terminó de forma abrupta el turno de preguntas por una indisposición de Montenegro, ambos políticos fueron cuestionados sobre un hipotético frente ibérico en materia migratoria contrario a centros de deportación fuera de la Unión Europea (UE), lo que de momento no parece que vaya a darse.
El presidente del Ejecutivo español acusó a algunos gobiernos europeos de estar equivocándose a la hora de enfocar el debate sobre migración, porque lo centran en aspectos negativos, estigmatizando al inmigrante e identificando la migración con inseguridad.
E insistió en rechazar propuestas como la creación de centros de deportación en terceros países, porque cree que no resuelven los problemas existentes y crean otros nuevos.
Montenegro explicó que Portugal no tiene problema en ser solidario para entender que en algunas fronteras exteriores de la Unión Europea debe haber alguna contención que favorecer el combate contra el tráfico de seres humanos. EFE
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