Sevilla (España), 23 oct (EFE).- El delantero argentino del Betis Ezequiel 'Chimy' Ávila ha considerado, en vísperas del partido de Liga Conferencia ante el Copenhage danés, que "cuanto más lejos llegue el avión, mejor" y que "ojalá" la victoria liguera del pasado sábado en Pamplona ante Osasuna "sea el despegue de un lindo viaje".
Chimy reflexionó en los medios del club verdiblanco sobre el estado anímico del conjunto que lidera el chileno Manuel Pellegrini tras su balsámica y valiosa victoria en El Sadar, y también lo hizo sobre sus sensaciones en su vuelta a Pamplona, su estado de forma y sus ambiciones en la presente temporada.
"Ahora tenemos que sumar en el día a día, estamos dolidos con lo que hemos hecho mal. El míster nos da las herramientas, la afición el aliento y somos nosotros los que tenemos la responsabilidad. Esta vez captamos lo que nos pedía el míster y la gente. Somos los primeros que necesitábamos una victoria", dijo.
El punta de Rosario, quien lleva ocho partidos jugados en el presente ejercicio, se refirió al duelo europeo de este jueves ante el Copenhage después de la derrota en Varsovia ante el Legia (1-0) en el inicio de la liguilla de la Liga Conferencia y mantuvo que, ante los daneses, no será un "partido fácil, pero ningún partido lo es".
Señaló que "los rivales también saben lo que es el Betis, todos le quieren ganar y todos te hacen el trabajo difícil", por lo que apostó por "captar lo que quiere el entrenador" porque "nada está hecho y es el momento de empezar a fabricar las paredes y hacerlo de la mejor manera posible: todo va a depender de nosotros", aseveró.
Destacó el papel que desempeñará la afición verdiblanca y dijo que serán "doce contra once" y que será "un plus", ya que "a cualquier equipo que venga a este estadio se le hace difícil contra la gente" y contra ellos.
Entre otros asuntos, se refirió a su vuelta a Pamplona y a sus sensaciones tras marcar uno de los dos goles de la victoria bética ante Osasuna en un partido que definió como "una pecera" para él por el ambiente que se encontró en las gradas del estadio pamplonés y del que tuvo que abstraerse.
"Se me cruzaban miles de sensaciones. De repente estoy escuchando los insultos de la afición de Osasuna, que en mi mente ya es pasado. Pero el sonido que me llega en ese momento, 'Chimy es de los nuestros', es como cuando vas con un coche eléctrico y no llega la batería y de repente, te da ese plus y es lo que me generó la afición del Betis en ese momento", confesó.
Consideró que la victoria en Pamplona debe ser un punto de inflexión para "dejar el pasado atrás, los errores y sacar las cosas positivas para enmendarlos y ya para adelante", y reconoció que se lo toma todo "muy a lo personal" y que se vuelve "loco" pensando en lo que no hizo bien.
"Me ha tocado todo, he vendido chatarra, he sido pintor, albañil como mi padre. He hecho de todo, por eso cuando las cosas no van bien, me lo tomo muy a personal. Lo hablé con el entrenador, le expliqué que como me ha costado tanto llegar dónde estoy, me lo tomo muy personal cuando algo no va bien. Entiendo que el míster cuando me cambia busca lo mejor, pero hay algo interno que me cambia en la cabeza", apuntó. EFE