Sídney (Australia), 23 oct (EFE).- El rey Carlos III de Inglaterra se despidió este miércoles de Australia y viaja a Samoa, donde presidirá la cumbre de líderes de la mancomunidad británica de naciones (Commonwealth) y hablará de los efectos del cambio climático.
El monarca, acompañado de la reina Camila, partió esta mañana desde el aeropuerto de Sídney, donde inició el pasado viernes su primer gran viaje desde que el pasado febrero anunció que tenía cáncer.
La visita a Australia estuvo marcada por la polémica después de que una senadora aborigen increpara a Carlos III, que es jefe de Estado de Australia y otras 14 naciones de la Commonwealth, y denunciara los abusos coloniales en el Parlamento de Camberra.
A su llegada a Samoa, prevista para esta noche, Carlos III será recibido por una pequeña comitiva y descansará, por recomendación médica debido a su estado de salud, antes de iniciar su agenda oficial el jueves.
Entre los actos programados, el monarca visitará un bosque de manglares donde se reunirá con una comunidad local encargada de restaurar y proteger este ecosistema, además de acudir a eventos con jóvenes y líderes comunales y religiosos.
Carlos III, de 75 años, es conocido por sus campañas de activismo medioambiental y en 2020 describió el calentamiento global y el cambio climático como la mayor amenaza que ha enfrentado la humanidad.
Un tema sobre el que tratará el discurso de apertura que el monarca pronunciará el viernes durante la cumbre de líderes de la mancomunidad británica de naciones, conformada por 56 naciones, muchas de ellas pequeños territorios insulares, con históricos lazos coloniales con el Reino Unido.
El gobierno de Samoa pretender usar la cumbre para promover la acción sobre el cambio climático; y exigir a las naciones más desarrolladas que reduzcan los subsidios a los combustibles fósiles y aumenten la financiación para ayudarlos a lidiar con el impacto de la crisis climática, informa el canal público australiano ABC.
Samoa, con unos 220.000 habitantes, es una de las islas del Pacífico en primera línea de batalla contra la subida del nivel de los océanos y el calentamiento de las aguas que amenaza su futuro. EFE
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