Juan José Lahuerta
Madrid, 22 oct (EFE).- Éric Roy-Gregory Lorenzi. Es el tándem del milagro del Brest, el equipo revelación de la Liga de Campeones, segundo clasificado en la inmensa lista de clubes que participan en la primera fase con pleno de victorias en las dos primeras jornadas. El técnico del conjunto bretón y su director deportivo han convertido a un club que peleaba por no perder la categoría en otro que se codea con la élite continental.
El Brest ha evolucionado hacia la excelencia en apenas temporada y media, justo el tiempo que han necesitado Roy y Lorenzi para trabajar mano a mano en el banquillo y en los despachos. La evolución del Brest desde enero de 2023 ha sido sencillamente espectacular. En aquel momento, peleaba desde la decimoséptima posición por no perder la categoría. Llegó Roy, que acumulaba doce años sin sentarse en un banquillo, y salvó al Brest, que la temporada pasada culminó su gesta con una histórica tercera posición en la Ligue 1.
El encargado de contratar a Éric Roy no fue otro que Gregory Lorenzi, que sorprendió a todo el mundo con su decisión. “Cuando elegí a Eric, mucha gente no se lo esperaba, lo cual puedo entender. Hacía diez años que no entrenaba, mucha gente se había olvidado de él. Fue una elección especialmente emotiva en el sentido de que conocía muy bien mi vestuario, a mis jugadores y sabía muy bien lo que necesitaban", admitió en una entrevista en 'After Food'.
Roy, hasta su llegada al Brest, sólo había dirigido a un equipo después de terminar su carrera como futbolista. Fue el entrenador del Niza durante dos temporadas y media, entre la 2009/10 y la 2011/12. Después, ejerció como director deportivo del propio Niza, del Lens y del Watford en Inglaterra. Roy le sacó de los despachos para volver a sentar en un banquillo a un hombre con la filosofía de juego basada en el maestro del 'Gegenspressing' (contrapresión), Ralf Rangnick.
El actual seleccionador de Austria generó una corriente exitosa con alumnos aventajados como Jurgen Klopp, Julian Nagelsmann, Marco Rose o Hansi Flick, que aplicaron las ideas de presión de extrema intensidad de la línea de ataque en territorio rival. Roy utilizó ese sistema en su Brest y fue un éxito que alcanzó su cenit frente al Salzburgo en la segunda jornada de la Liga de Campeones con una victoria contundente (0-4). En la víspera de aquel choque, Roy reconoció la influencia recogida por Klopp.
"Soy más de Klopp que de Guardiola. Soy cuidadoso con la comparación, porque son unos entrenadores muy buenos. Me gustó mucho lo que hizo Klopp para tener un equipo intenso, no necesariamente centrado en la posesión, pero dinámico, capaz de dar espectáculo y con capacidad de ser rápidos en las transiciones".
Y para poder llevar a buen puerto la filosofía Rangnick, Roy contó con una plantilla confeccionada por Lorenzi que sólo necesitaba una dirección óptima para que el Brest pasara de ser un histórico club ascensor a una máquina de generar fútbol capaz de terminar en la tercera posición de la Ligue 1. Lorenzi, que ya acumula nueve años en el cargo, confeccionó una lista cuyos jugadores con más valor de mercado en 2023 no superaba los cuatro millones de euros.
Nombres como Pierre Lees-Melou, Mahdi Camara, Romain del Castillo o Steve Mounié encabezaron la revolución del Brest, que bajo la batuta de Roy alcanzó la cima de una posición impensable en el fútbol francés. Toda la plantilla se revalorizó en un año y ahora el valor de mercado de Less-Melou, Camara y Del Castillo se ha duplicado y alcanza los diez millones de euros.
Además, Lorenzi consiguió mantener a la columna vertebral de su equipo prácticamente intacta. De los cuatro, sólo se marchó Mounié, que hizo las maletas para fichar por el Augsburgo. El mismo director deportivo rechazó varias ofertas para cambiar de aires y siguió con su política de fichajes a bajo coste para mantener la competitividad del Brest en la Ligue 1 y en la Liga de Campeones. El desembolso más alto del club bretón alcanzó los 4,5 millones de euros por el delantero Mama Baldéy por el mediocentro Kamoury Doumbia.
El resto de adquisiciones llegaron en condición de cedidos (Romain Faivre, Soumaïla Coulibaly, Abdallah Sima, Ibrahim Salah, Ludovic Ajorque y Edimilson Fernandes), con la carta de libertad bajo el brazo (Jordan Amavi y Massadio Haidara) o a un precio ridículo (Julien Le Cardinal, 1,70 millones de euros). De momento, La adaptación de casi todos va por buen camino. De hecho, seis de ellos (Coulibaly, Le Cardinal, Haidara, Fernandes, Ajorque y Sima), formaron parte del once que aplastó al Salzburgo.
La asignatura pendiente del Brest es la Ligue 1. Si en la Liga de Campeones va como un tiro, en el torneo de la regularidad sufre altibajos. Es undécimo, con tres victorias, un empate y cuatro derrotas en ocho jornadas pero con brotes verdes después de empezar mal para remontar poco a poco en la tabla. Roy ha conseguido espabilar a una plantilla muy renovada que ya comienza a carburar en todas las competiciones.
Sin embargo, esta semana recibirá a un equipo de gran nivel, a otra de las revelaciones europeas del curso pasado, como el Bolonia o el Aston Villa. El Bayer Leverkusen de Xabi Alonso será una prueba de fuego para evaluar las verdaderas aspiraciones del Brest en la máxima competición continental.
Pero ocurra lo que ocurra, nadie quitará a Roy y a Lorenzi el mérito de haberse convertido en los arquitectos de un equipo de autor: "Es una sinergia que hace que todos vayan en la misma dirección y hace que funcione. Eric, gracias a su calidad como entrenador, pudo transmitir un mensaje que corresponde a lo que quería el vestuario". Son palabras de Lorenzi, consciente de que la conexión entre la dirección deportiva y el banquillo, funciona. EFE
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