Viena, 22 oct (EFE).- El partido ultraderechista austríaco FPÖ, ganador de las elecciones del pasado día 29, ha calificado de "bofetada" a los electores la decisión del presidente del país, Alexander van der Bellen, de encargar la formación de Gobierno a conservadores y socialistas, segundos y terceros en los comicios.
"Esto puede parecer una bofetada en la cara para muchos de ustedes. Pero se lo prometo: Aún no se ha dicho la última palabra. Hoy no es el final de la historia", afirmó el líder del partido xenófobo y ultranacionalista, Herbert Kickl, en un mensaje en la red social Facebook.
Van der Bellen justificó hoy su decisión en que el FPÖ, pese a haber ganado las elecciones con el 29 %, no cuenta con el apoyo de ninguno de los otros cuatro partidos parlamentarios.
Kickl aseguró que el jefe del Estado ha "roto" con el habitual proceso de encargar la formación de Gobierno al jefe del partido más votado.
El líder ultranacionalista afirmó que el resultado electoral fue "un llamamiento inequívoco al cambio y a la renovación" e insistió en que mantiene su mano tendida a los otros partidos y su disposición a asumir la responsabilidad de gobierno.
También afirmó que si se respetara la voluntad de los electores, la única opción es un Ejecutivo dirigido por el FPÖ.
El FPÖ se refirió a Kickl durante la campaña electoral con el término Volkskanzler, canciller del pueblo, en alemán, usado por los nazis para llamar al dictador alemán Adolf Hitler.
En sus mensaje, Kickl afirmó que la voluntad de los votantes puede ralentizarse pero "no puede impedirse ni detenerse".
Van der Bellen encargó hoy al actual canciller (primer ministro) y jefe del conservador Partido Popular, Karl Nehammer, que inicie negociaciones con los socialdemócratas, después de haber mantenido contactos con todos los líderes políticos.
Estos, afirmó, le han comunicado su negativa a pactar con el FPÖ por los riesgos que un Gobierno de ese partido podrían suponer para el estado de Derecho, la democracia liberal, así como por su falta de postura pro europea o su proximidad con el Gobierno ruso.
Según el presidente, tanto los conservadores como los socialdemócratas temen que "las enormes preocupaciones de seguridad por parte de los servicios de inteligencia extranjeros restringirían enormemente la cooperación con Austria si Kickl participa en el Gobierno".
El Partido Popular (ÖVP) obtuvo el 26,3 % de los votos, el socialdemócrata SPÖ el 21,1 %, el liberal Neos el 9 % y Los Verdes el 8 %.EFE
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