Buenos Aires 22 oct (EFE).- La Plaza de Mayo de Buenos Aires se convirtió este martes en una gran aula al aire libre, al tomarla docentes y profesores para celebrar sus clases en otro acto de protesta a favor de la universidad pública en Argentina.
Cientos de personas, entre profesores y alumnos de centros públicos, celebraron este acto como parte de una huelga de 48 horas que comenzó el lunes.
Buscaron así visibilizar sus reclamos por la falta de recursos y su oposición al veto de Javier Milei, aprobado por el Congreso, a la ley de financiación de la educación superior.
Los congregados en la mítica plaza porteña pidieron fondos para el mantenimiento de las infraestructuras y salarios justos con el objetivo de que puedan seguir operativas las universidades.
La secretaria general del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Tatiana Fernández Martí, dijo a EFE que "el básico de un salario docente es de 128.000 pesos (unos 127 dólares/114 euros) y el Gobierno quiere profundizar el ajuste para asfixiar a las universidades, lo que va a generar un cierre de facultades masivo el próximo año".
"Por eso estamos acá defendiendo nuestro futuro”, agregó la líder estudiantil.
“A esta altura, desde que este Gobierno asumió, llevo más de 60 puntos perdidos. Mi salario está por debajo de la línea de pobreza”, contó a EFE Laura Carboni, profesora y secretaria general de Asociación Gremial Docente (AGD) en el Colegio Carlos Pellegrini de la UBA.
La manifestación fue convocada por la AGD, que cuenta con el apoyo mayoritario del entramado universitario de la UBA, después de que en las últimas semanas docentes y estudiantes tomaran casi un centenar de facultades en toda Argentina.
“Vinimos a traer un reclamo que tenemos desde febrero, cuando nos enteramos que este Gobierno había decidido congelar el presupuesto universitario e iba a ser muy difícil sostener cuestiones básicas como pagar servicios o atrasos en nuestros salarios”, relató Carboni.
Aunque el conflicto data de principios de año, las protestas se recrudecieron desde el 10 de octubre, tras el veto de Milei a la ley de financiación universitaria, que de haber seguido su curso habría permitido mantener las instituciones en funcionamiento.
Milei justificó su decisión en la necesidad de reducir el déficit fiscal.
Sin embargo, la Oficina de Presupuesto del Congreso considera que esta ley hubiera tenido un impacto equivalente al 0,14 % del PIB, a lo que el Gobierno ha respondido que la discusión de este asunto corresponde al ámbito de los presupuestos.
“Todavía no hay fecha para discutir este presupuesto, que está sujeto a los pagos de la deuda externa e incluso pueden ser incluso menores el año que viene en la Argentina”, se quejó Fernández Martí.
El presupuesto enviado al Parlamento el 15 de septiembre por el Ejecutivo presenta una merma del 0,3 % en Educación e incluye una reducción del 4,5 % destinado al financiamiento de las universidades. Además elimina la obligación de destinar al menos el 6 % del PIB al sistema educativo. EFE
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