El presidente de Austria da al canciller Nehammer el mandato para formar un gobierno de coalición "estable"

El presidente Alexander van der Bellen encarga al canciller Karl Nehammer la formación de un gobierno de coalición, enfatizando la necesidad de acuerdos y la inclusión de partidos ante nuevos desafíos políticos en Austria

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El presidente de Austria, Alexander van der Bellen, ha dado finalmente este martes al canciller, Karl Nehammer, el mandato para formar un gobierno de coalición "estable, eficaz e íntegro", que sea capaz de "resolver los problemas a los que hace frente el país" tras casi un mes de negociaciones desde que se celebraron las elecciones.

"He dado instrucciones a Karl Nehammer, líder del segundo partido más votado, para que forme gobierno", ha dicho el presidente durante un discurso ante la nación en el que ha hecho así referencia al Partido Popular Austriaco (OVP), que se hizo con el 26,27 por ciento de los votos por detrás del ultraderechista Partido de la Libertad (FPO), que obtuvo el 28,85 por ciento de los votos.

Así, ha confirmado que ya ha transmitido esta decisión a Nehammer, a quien también ha pedido que pusiera en marcha "cuanto antes" el proceso de negociaciones con el Partido Socialista de Austria (SPO), la tercera formación más votada. En este sentido, ha recalcado la importancia de "buscar la comprensión mutua en torno a los asuntos que preocupan a cada una de las partes".

"De las próximas negociaciones saldrá un compromiso, y cada uno de estos partidos representa a diferentes votantes. De eso va nuestra democracia. Por eso existen elecciones democráticas, para que una parte no pueda simplemente imponerse sin piedad. Es necesario llegar a un acuerdo, y eso es bueno", ha puntualizado.

"Nos enfrentamos a grandes desafíos y necesitamos reformas profundas, implementadas de manera consistente y respaldadas por una base amplia. Confío en el sentido de proporción y de responsabilidad del OVP, del SPO, así como de los demás partidos que participan en las negociaciones", ha afirmado.

Van der Bellen ha destacado que estas conversaciones deben desarrollarse en el "periodo de tiempo más corto posible", si bien ha hecho hincapié en que pueden durar "lo que sea necesario". "Las elecciones no suponen una carrera en la que el partido que termine primero forma gobierno de forma automática", ha recordado en relación con la postura del FPO, que se hizo con la victoria.

Sin embargo, ha dicho, "si un partido quiere gobernar solo tiene que hacerse con más del 50 por ciento de los votos obtenidos". "No basta con alcanzar el 10, 20 o 30 por ciento. Si no lo logra, tendrá que convencer a sus socios y al presidente de que cuenta con los apoyos para gobernar", ha recalcado.

Además, ha subrayado que las coaliciones de gobierno necesitan de "capacidad para llegar a acuerdos, orientación de cara al futuro y capacidad para resolver los problemas del país". "Tienen que confiar los unos a los otros", ha añadido.

"Austria es una república democrática y sus derechos emanan del pueblo. El pueblo somos todos nosotros. Los 1,4 millones de votantes del FPO, los 1,3 millones de votantes del OVP, el millón de personas que vota al SPO y los que votan a los NEOS o Los Verdes. "Somos todos nosotros. Y somos diferentes", ha continuado.

SITUACIÓN INUSUAL

El presidente de Austria ha explicado el motivo de no dar el mandato al líder del FPO, Herbert Kickl, y ha señalado que se debe a una "situación completamente inusual". "Hay un partido con un mayor número de votos, sí, pero con el que aparentemente ningún otro partido quiere trabajar. Esta situación es nueva y necesita nuevas soluciones", ha aclarado.

No obstante, ha dicho haber vuelto a dar instrucciones a los tres partidos más votados para que vuelvan a hablar entre sí y mantengan conversaciones entre ellos. "Para mí era importante dejar claro si realmente querían decir lo que decían, sin ambigüedades. Los votantes se han ganado nuestro respeto y debemos hablarles con claridad", ha dicho, no sin antes hacer hincapié en que Kickl le pidió "claramente" participar en un gobierno en el que él fuera el canciller.

Por su parte, ha sostenido, "las razones esgrimidas por los dirigentes del VPO y el SPO en contra de una coalición fueron, entre otras cosas, la preocupación por la democracia liberal, el Estado de Derecho, la separación de poderes, la falta de actitud proeuropea y, por tanto, el posible daño causado Austria".

Para ello han puesto sobre la mesa diversas cuestiones, como la posible injerencia del presidente ruso, Vladimir Putin, y preocupaciones sobre la seguridad del país y sus servicios en el extranjero. "Todo esto significa, como se ha confirmado varias veces, de forma clara e inequívoca, que Herbert Kickl no encontrará un socio de coalición que le convierta en canciller", ha zanjado.

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