Sídney (Australia), 21 oct (EFE).- La Liga Monárquica Australiana, el grupo promonárquico más influyente del país austral, pidió este lunes la dimisión de la senadora aborigen australiana Lidia Thorpe por haber increpado al rey Carlos III de Inglaterra tras su discurso en el Parlamento en Camberra.
El grupo tachó de "infantil" a la senadora, quien hoy llegó a gritar en el hemiciclo al término del discurso del monarca: "Devuélvenos nuestra tierra (...) lo que robaste a nuestro pueblo", tras el discurso del monarca.
"Su acto infantil no ha disminuido en absoluto la gratitud y orgullo que miles de australianos tienen por nuestro país, su historia, sus pueblos y su buen sistema de gobierno. De hecho, probablemente solo ha fortalecido esos sentimientos", indicó la Liga Monárquica en un comunicado.
La senadora independiente Thorpe, que es aborigen, trató sin éxito de entregar una nota a Carlos III en la que le acusaba de "complicidad con el genocidio" a los aborígenes en Australia.
La política, que llevaba una tradicional piel de canguro, fue desalojada del Parlamento tras también espetar que Carlos III no es su rey y acusar a la monarquía de ser cómplice del expolio de huesos y cráneos indígenas.
La visita oficial de Carlos III y la reina Camila, que llegaron el viernes pasado a Sídney y partirán mañana hacia Samoa, ha avivado la división del país entre quienes apoyan a la monarquía y quienes piden que Australia se convierta en una república.
En su perfil de Instagram, el partido Los Verdes colgó un mensaje con una fotografía en la que se puede ver a los monarcas británicos y otra con una pancarta que dice "imperio construido sobre un genocidio".
La senadora de los Verdes Barbara Pocock, que se define como republicana, indicó al canal estatal australiano ABC que el legado colonial es una "historia triste" para muchos indígenas y afirmó que esta institución no representa al país actual.
Pese a las críticas, los reyes británicos fueron recibidos con discursos de bienvenida por el primer ministro laborista, Anthony Albanese, y por el líder de la oposición, Peter Dutton.
En su intervención, Albanese alabó el carácter y el humor de Carlos III y los trabajos de caridad de Camila, al destacar que el cariño entre los monarcas y el pueblo australiano es mutuo a lo largo de las diversas visitas al país en los últimos años.
"Lo que nunca cambia es la verdad grabada en cada página de esta historia, que sus majestades son muy bienvenidas aquí", aseveró el primer ministro, quien destacó el respeto del monarca por el debate de los australianos en relación con la Corona británica.
"Nada permanece inmóvil", aseguró Albanese, que también se entrevistó en privado con Carlos III, quien mantuvo otro encuentro con el líder de la oposición.
El primer ministro no oculta que es republicano, pero el pasado enero afirmó que un referéndum sobre la monarquía no es una prioridad y no hay fecha prevista para celebrarlo.
Dentro de su agenda oficial, Carlos y Camila visitaron el Monumento a la Guerra y el Jardín Botánico, al tiempo que, por separado, el monarca se reunió con responsables del centro de investigación CSIRO y la reina con activistas contra la violencia de género, entre otros eventos.
Australia celebró en 1999 un referéndum para decidir si se convertía en república, pero ganó el no, y el año pasado otro para el reconocimiento de los derechos indígenas que también fue rechazado por la mayoría de los votantes. EFE
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