Scope Ratings ha rebajado la calificación crediticia de Francia como emisor a largo plazo y de deuda sénior no garantizada en moneda local y extranjera desde 'AA' a 'AA-', si bien ha revisado al alza la perspectiva de 'negativa' a 'estable'.
La agencia de calificación ha explicado que esta decisión se motiva en el "persistente deterioro de las finanzas públicas y las difíciles perspectivas políticas". En este sentido, Scope ahora espera una reducción más gradual del déficit presupuestario, que aún superará el 3% del PIB en 2029.
Además, aunque el Gobierno ha delineado un "ambicioso plan de saneamiento presupuestario" de 60.000 millones de euros (aproximadamente el 2% del PIB), las moderadas perspectivas de crecimiento y la incertidumbre en cuanto a su aplicación efectiva plantea "riesgos importantes".
"Se prevé que la deuda de las administraciones públicas aumente hasta el 119% del PIB en 2029, desde el 97,4% en 2019. Esta trayectoria representa un desafío crediticio clave que limita la capacidad del Gobierno para absorber futuras tensiones", ha explicado Scope en su informe.
El difícil panorama político tras los comicios legislativos anticipados de 2024 ha reducido el nivel de coordinación política entre la Presidencia, el Ejecutivo y el Parlamento, aumentando, a su vez, la fragmentación parlamentaria.
Según Scope, esto elevaría las dudas sobre la aplicación tanto del presupuesto como del programa de reformas. "Es probable que una oposición más fuerte en el Parlamento frene la capacidad del Gobierno para reducir el gasto público y aumentar el crecimiento potencial del PIB, especialmente, a medida que se acerquen las elecciones presidenciales de 2027", ha elaborado.
De su lado, la agencia ha asegurado que el liderazgo europeo, la resistencia económica, el "favorable" perfil de la deuda, el excelente acceso a los mercados y la solidez del sector bancario siguen destacando como notas positivas del rating.