Natalia Arriaga
Madrid, 21 oct (EFE).- Marisol Casado, que asistió este lunes en Torremolinos a la elección de Antonio Fernández Arimany como su sucesor en la presidencia de World Triathlon, se despide de la alta gestión con el mayor legado de una dirigente deportiva española, equiparable al de muy pocas en el ámbito internacional, en el que no llegó más lejos en buena parte por lo "dificilísimo" que es ganar posiciones en unas instituciones con una cultura "cien por cien masculina", según sus propias palabras.
Casado, de 68 años, no se presentó a la reelección por voluntad propia, aunque con el fin de que la transición sea paulatina permanecerá seis meses más como presidenta interina. Al término de este plazo, dirá adiós a World Triathlon, que preside desde 2008, y al COI, en el que ingresó en 2010 con su permanencia ligada al cargo federativo.
En los dos organismos la madrileña puede presumir de haber promovido cambios sustanciales en el deporte mundial. Entre ellos, la consolidación del triatlón como deporte olímpico (incluida la novedosa prueba del relevo mixto) y su admisión en los Juegos Paralímpicos o la creación en el COI de un Grupo para la Igualdad de Género que elaboró recomendaciones tan básicas, pero hace poco irreales, como asegurar el mismo número de pruebas masculinas y femeninas en los Juegos Olímpicos, con el mismo número de participantes. En París 2024 se logró finalmente.
Casado fundó en 1989 la Federación Española de Triatlón y fue en ese mismo año miembro fundadora de la internacional. En ella pasó por los cargos de tesorera y miembro de la ejecutiva antes de alcanzar la presidencia, para la que fue reelegida en tres ocasiones. Solo dos años después ya era miembro del COI y ha llegado a simultanear su pertenencia hasta a cinco de sus comisiones de trabajo.
Actualmente pertenece a la de Comisión de Coordinación de Los Ángeles 2028, la de Futuras Sedes, la de Igualdad, Diversidad e Inclusión, la de Educación y la de Solidaridad Olímpica.
Durante gran parte de su mandato al frente de triatlón fue la única mujer presidenta de una federación olímpica.
También en las asociaciones de federaciones cumplió un papel destacado y en 2017 fue elegida por unanimidad integrante del consejo ejecutivo de ASOIF (Asociación de Federaciones Olímpicas de Verano). Reelegida en 2019, antes, en 2018, perdió la votación para llegar a la Ejecutiva del COI.
Casado, que fue la primera presidenta de la Comisión Mujer y Deporte del Comité Olímpico Español (COE), ha afirmado que ha salido o dejado de entrar en algunos puestos "por ser mujer" y durante toda su carrera como dirigente ha peleado por conseguir la igualdad real en todas las esferas del deporte.
"Somos pocas para 'tirar del carro'. Todavía las deportistas de alto nivel, las que pudieran tener cierto tirón mediático, no se han acercado al liderazgo. Como mucho llegan a puestos que no necesitan pasar por elecciones. Es un buen paso, pero para hacer fuerza se necesita estar arriba del todo", comentó en una ocasión.
Siempre ha considerado que a una mujer le resulta "dificilísimo hacer 'lobby' para ganar posiciones en los organismos internacionales".
"A las mujeres no nos gusta mucho el tema del 'lobby'. En las competiciones las mujeres compiten contra mujeres y la mejor gana. En las instituciones, en cambio, competimos contra una cultura cien por cien masculina", dijo en un foro sobre este asunto.
"Donde hay que hacer la labor es en las federaciones nacionales", añadió. "Las internacionales no podemos hacer nada por incorporar a mujeres si no nos llegan desde las nacionales. Yo sigo buscando mujeres para que estén en los comités ejecutivos", señaló.
Actualmente hay en España dos presidentas de federaciones olímpicas, Elisa Aguilar en baloncesto y Asunción Loriente en remo, y una no olímpica, Isabel García en salvamento y socorrismo.
Cuando dentro de seis meses Casado abandone definitivamente sus cargos, el deporte español perderá una de sus tres voces en el COI -Juan Antonio Samaranch y Pau Gasol son las otras-, pero con la elección de Arimany, hasta ahora secretario general, se mantendrán las dos presidencias internacionales. La otra es de Antonio Espinós, en kárate.
Su último 'servicio' al olimpismo fue salvar la arriesgada decisión de los organizadores de París de llevar el triatlón olímpico a las turbias aguas del Sena. La competición se desarrolló finalmente sin más contratiempos que un aplazamiento de un día, aunque Casado ya tenía un plan de último recurso, dejar el triatlón en un duatlón, con el fin de que nadie se fuese de París sin competir. No fue necesario. EFE