Juan Manuel Sánchez
Berlín, 21 oct (EFE).- Serhou Guirassy será este martes la principal amenaza en ataque del Borussia Dortmund en el Santiago Bernabeu ante el Real Madrid. El guineano suma 7 tantos en otros tantos partidos en el arranque de curso y supone, además, el último eslabón en la cadena de consumados arietes que se han enfundado la elástica amarilla y negra en la última década y media.
Y es que una de las principales virtudes que ha demostrado el cuadro de la cuenca del Ruhr en ese lapso es su 'ojo clínico' para la detección de estiletes con poco recorrido en Europa y que, tras pasar por las filas 'borussers', se transformaban en algunos de los delanteros más codiciados del mercado futbolístico.
La primera de esas argollas no fue otro que el polaco Robert Lewandowski. El actual punta del Barcelona, máximo goleador de LaLigaEASport tras el transcurso de diez jornadas con doce goles, fue un descubrimiento del entonces director deportivo del Dortmund, Michael Zorc, cuando comenzaba a despuntar en el Lech Poznań de su país.
Después de una temporada inicial, la primera de sus dos Bundesliga con el Dortmund, en la que alternó titularidades y suplencias, fue en la segunda, de la mano de Jürgen Klopp, cuando explotó en la estrella internacional que luego se coronaría en el Bayern Múnich y estiraría exitosa carrera en la ciudad condal.
Lewandowski pasó de anotar apenas 9 goles en su campaña de estreno en Alemania a firmar 30 en la segunda, la que concluyó con el doblete germano, incluida la que es hasta la fecha el último campeonato de la regularidad que llevaron los renanos a sus vitrinas.
El polaco continuaría en el Borussia dos campañas más, también de la mano del carismático Klopp, en las que seguiría engordando sus estadísticas personales, antes de dar el salto al Bayern, y en las que se llevó el primero de sus siete premios como máximo goleador alemán.
Su partido cumbre de amarillo y negro fue precisamente ante el Real Madrid, cuando, en las semifinales de la Liga de Campeones de 2013, masacró al entonces conjunto de José Mourinho con cuatro tantos en el Signal Iduna Park de Dortmund para encarrilar el pase a la final continental ante el que sería su posterior equipo.
En su última temporada en la ciudad del oeste de Alemania, el polaco, que totalizó 103 goles en 187 partidos, compartiría ofensiva con quien sería su sucesor en la delantera: el gabonés de madre española Pierre-Emerick Aubameyang.
Criado en la cantera del Milan, tras pasar por las del Niza o Bastia, entre otras, y llegado del Saint-Étienne francés, Aubameyang se contagiaría de la voracidad del actual delantero del Barcelona, cuadro en el que posteriormente también militaría el actual jugador del Al Qadsiah saudí, en la campaña en la que convivieron juntos -anotó un 'hat trick' en su debut- y, tras marcharse Lewandowski, asumiría sus galones como vértice del conjunto.
Su bagaje en los cinco años que vistió la camiseta del Borussia fue, aunque menos exitoso en cuanto a títulos -solo ganó una Copa y dos Supercopas- que la era del nacido en Varsovia, devastadora para las metas rivales. 141 goles en 213 partidos le auparon a la primera línea internacional y el Borussia lo traspasó en 2018 al Arsenal inglés a cambio de 64 millones de euros.
El último gran 'ancestro' de Guirassy es también otro de los artilleros más terroríficos del fútbol actual: el noruego del Manchester City Erling Haaland. Reclutado en enero de 2020 del Red Bull Salzburgo austriaco, donde ya había protagonizado auténticas exhibiciones, por 20 millones de euros, el entonces joven 19 años demostró desde el principio un instinto asesino fuera de lo común.
Ya en su debut en el entonces combinado dirigido por el suizo Lucien Favre, dejó una muestra de lo que era capaz de hacer. Salió de suplente en la segunda mitad y, en menos de media hora, firmó un triplete para destrozar al Augsburgo.
A pesar de vivir una etapa convulsa en Dortmund, con varios cambios de banquillo en solo dos años y medio, Haaland martilleó a sus oponentes como la divinidad escandinava Thor, dejando actuaciones descomunales que atrajeron las miradas de todos los grandes del Viejo Continente.
Después de 86 tantos en 89 partidos de 'borusser', el noruego cogió las maletas para enrolarse, en el verano de 2022 a cambio de 60 millones de euros de traspaso, en el ambicioso proyecto de Pep Guardiola, quien ya había apuntalado a Lewandowski en el Bayern, y en su primera temporada en tierras británicas ya se erigió como uno de los principales artífices de la conquista del triplete en el City.
A cualquiera de dichas andaduras aspira Serhou Guirassy. El guineano, tras un largo peregrinar en conjuntos de segunda fila, se asentó la pasada campaña como uno de los principales puntas de la Bundesliga, en la que finalizó como segundo máximo realizador tras el inglés Harry Kane y en la que contribuyó decisivamente al segundo puesto del Stuttgart.
Ahora, tras el desembolso de 18 millones de euros y recuperarse de una lesión de rodilla que casi frustra el fichaje, Guirassy ha tomado el testigo de una saga de la que espera formar parte. De momento, su inicio ha augurado unas expectativas acorde con la ilusión y sus trascendentales tantos se han traducido en victorias para los suyos.
El guineano aúna algunas de las características de sus predecesores, como la intuición de Lewandowski, la movilidad de Aubameyang o el instinto depredador de Haaland. Con llegar a parecerse a cualquiera de ellos le será suficiente para certificar lo que ya ha dejado entrever: ser el último eslabón en la cadena de devastadores delanteros firmados por el Borussia. EFE.