El vicesecretario de Cultura y portavoz del PP, Borja Sémper, ha expresado respeto por la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de no reunirse el viernes con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Eso sí, ha asegurado que 'Génova' prefiere "preservar las institucionalidad" y decirle a Sánchez las cosas "a la cara".
En una entrevista en Antena 3, recogida por Europa Press, el dirigente 'popular' ha asegurado que el PP es "un partido institucional" y que "el paradigma de la institucionalidad es Alberto Núñez Feijóo", un hombre que cree que "esa institucionalidad hay que preservarla". No obstante, ha reconocido que "la relación" entre Ayuso y el Ejecutivo "no es convencional", porque este último "insulta y acusa de un delito" a la presidenta madrileña.
"Hace 48 horas el presidente del Gobierno llamó corrupta a Isabel Díaz Ayuso. Es decir, podemos entender que esa relación institucional está absolutamente rota. Y podemos también, y esta es nuestra opinión, llegar a la conclusión de que esto no es responsabilidad de la presidenta de la Comunidad de Madrid, sino de Sánchez", ha proseguido con su explicación.
Preguntado por unas declaraciones de Feijóo en septiembre, en las que afirmó que sería irresponsable que un presidente autonómico no acudiera a una reunión con el jefe del Gobierno, Sémper ha dicho que "si te insultan todos los días y te acusan de delitos todos los días, parece razonable" que la presidenta madrileña "se revuelva y muestre su enfado así".
Por otra parte, Sémper ha asegurado que quien tiene que hacer "un esfuerzo por preservar la institucionalidad" es Sánchez, a quien ha acusado de querer que "todo arda y que todo reviente" y "que haya líos por todos lados en España" para que no se hable de la corrupción en el seno de su Ejecutivo, del caos de los trenes, o de su "mal gobierno".
Ayuso, ha rechazado acudir a la reunión bilateral con el presidente del Gobierno a la que se la había convocado para este viernes, al considerar que este la ha "difamado" en un viaje oficial a Bruselas al acusarla de "corrupta" y por celebrarse tras negociar con los partidos independentistas catalanes "la ruptura de la Hacienda común".