El mundo de la cultura muestra su "indignación" ante la situación de la BNE: "Está por encima de partidos políticos"

Cien profesionales de la cultura expresan su preocupación por la Biblioteca Nacional de España tras inundaciones que dañaron sus instalaciones, exigiendo protección y mejoras para preservar su invaluable patrimonio

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Alrededor de un centenar de escritores, historiadores, restauradores o conservadores han firmado un manifiesto en el que exponen su "asombro e indignación" por la situación que atraviesa la Biblioteca Nacional de España (BNE), tras la inundación de la última planta de la institución provocada por las lluvias de la semana pasada en Madrid.

"La BNE está por encima de todos los partidos, representa a todas las Españas y a toda la Hispanidad. Sus colecciones son únicas. Los poderes públicos deben protegerla. Es una obligación legal y un deber moral", aseguran los firmantes, entre los que destacan el historiador Juan Van-Halen Acedo, la conservadora Guiomar Monforte o el escritor Luis Español, que ha encabezado esta reclamación.

Español ha utilizado su cuenta de X para compartir el manifiesto y pedir la unión de otros representantes de la cultura. El documento exige a las autoridades y al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en su calidad de Presidente de la BNE, que adopten las medidas técnicas y económicas para proteger la integridad de la institución. "Dándoles prioridad absoluta para que situaciones como las vividas esta semana no se vuelvan a producir", reclaman los firmantes.

Asimismo, señalan que es "inadmisible" que los empleados de la BNE "tengan que enfrentarse con paraguas a las inundaciones" de la anterior semana, "fruto de un evidente deterioro de las instalaciones".

Además, destacan que no son dueños del "patrimonio de conocimiento" que han heredado de las generaciones pasadas, algo que se debe seguir "transmitiendo, aumentándolo, conservándolo y mejorando su acceso".

"PARECÍA UNA PISCINA"

El sindicato de UGT denunció el pasado jueves, 17 de octubre, que la BNE parecía "una piscina" y que se tuvo que actuar con "urgencia", aunque "bastantes" libros se mojaron ante las últimas lluvias que se produjeron en la capital.

"El sumidero global tenía que desembocar en el Paseo de la Castellana, pero no ocurrió porque estaba sobrepasado y no se pudo desalojar bien el agua. Esto unido a que se habían dejado mal tapadas las obras de la azotea, provocó que se filtrase el agua a la última planta y se embalsó todo", explicaron a Europa Press fuentes del sindicato.

Además, señalaron que esa zona inundada es "habitual" que, cada vez que llueva fuerte, se formen goteras, pero "esta vez ha sido el colmo". "Hasta ahora no había hecho falta, según la gerencia o según la dirección de la BNE, una intervención tan apremiante y ayer ya vieron que sí", sentenciaron.

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