Gabriel Romano Burgoa
La Paz, 20 oct (EFE).- Los principales líderes de la oposición en Bolivia han abierto el camino de una posible unificación, un proyecto tan repetitivo como esquivo, que les permita juntar fuerzas para vencer en las elecciones de 2025 al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) afectado por su división interna.
Las visitas por separado de los expresidentes Jorge 'Tuto' Quiroga (2001-2002) y Carlos Mesa (2003-2005) al líder opositor y gobernador suspendido de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, recluido en una cárcel del occidente de Bolivia desde finales de 2022 por los hechos de la crisis política de 2019, es una de las señales de la que la oposición busca reagruparse.
Ambos exmandatarios reconocieron que el motivo de ese encuentro con Camacho, cuya principal fortaleza política está en el departamento de Santa Cruz (oriente), la región más poblada del país, fue proyectar una "alternativa nacional" que rompa con la hegemonía de los casi 20 años del MAS, sin contar con el mandato interino de Jeanine Áñez (2019-2020).
A los tres líderes se suma el empresario opositor Samuel Doria Medina, quien hace unos día presentó un plan para solucionar la "crisis" de Bolivia, marcada por el incremento de precios, la escasez de dólares y la irregular provisión de combustibles.
El empresario se abrió a la posibilidad de formar un bloque con Quiroga, Mesa y Camacho además que planteó que el candidato presidencial sea quien tenga más respaldo de la población.
El MAS atraviesa por una pugna entre sus líderes, el expresidente Evo Morales (2006-2019) y el mandatario Luis Arce, distanciados desde finales de 2021 por diferencias en la forma de conducir el Ejecutivo y la urgencia de renovar la directiva del MAS para elegir un candidato presidencial.
"Este es el escenario más propicio que se ha presentado después de 19 años de Gobiernos del MAS para que la oposición gane en las próximas elecciones", dijo a EFE Carlos Alarcón, legislador del partido opositor Comunidad Ciudadana, liderado por Mesa.
Alarcón consideró que la unidad de la oposición debe pasar por los líderes principales (Mesa, Quiroga, Doria Medina y Camacho) debido a la experiencia que tienen en el Estado para que después se incluya a otros liderazgos.
Por su parte, Centa Rek, senadora de Creemos, partido que lidera Camacho, mencionó a EFE que "la oposición en Bolivia está muy debilitada" ya que "no existen partidos políticos activos" sino tan solo alianzas coyunturales y grupos políticos que participan en elecciones con siglas prestadas.
Consultada sobre una posible unificación de Mesa, Quiroga y Camacho, Rek advirtió que "todos los opositores penden de un hilo" por los procesos que afrontan o aquellos en los que son testigos, por lo que "en cualquier momento puede volverse personas que estén sindicadas".
La oposición, como el MAS, está dividida. De un lado, las facciones de Mesa, Quiroga, Doria Medina y Camacho se hacen llamar "verdadera oposición".
El otro lugar está ocupado por los "opositores funcionales" llamados así por ser cercanos al Gobierno de Arce, como el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien fue candidato presidencial en 2010; o el de Santa Cruz, Jhonny Fernández, que tienen proyectos políticos separados.
En la cola están los partidos históricos, pero debilitados, como el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), que fue el más importante del anterior siglo, o el Partido Demócrata Cristiano (PDC) entre otros.
Para el politólogo Franklin Pareja, la oposición "no llevan una vida organiza capaz de construir un proyecto alternativo", lo que le obliga a "repetir el mismo libreto" de juntarse unos meses antes de una elección para competir ante el MAS sin una ideología propia y sin una estructura jerárquica, lo cual la vuelve "frágil".
Desde que el MAS ganó su primera vez una elección nacional en 2005, que significó la llegada de Morales a la Presidencia hubo cuatro comicios (2009, 2014, 2019 -anulada- y 2020). EFE