Jartum, 19 oct (EFE).- El Gobierno de Sudán, controlado por la cúpula militar, aprobó la apertura de cuatro aeropuertos para facilitar la entrada de ayuda humanitaria al país, inmerso desde hace año y medio en una guerra entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) que ha dejado más de diez millones de desplazados.
El Consejo Soberano de Sudán informó en un comunicado de la apertura de los aeropuertos de Kasala (sureste), Dongola (norte), El Obeid (centro sur) y Kadogly (sur) después de un acuerdo alcanzado entre el presidente del Consejo, Abdelfatah al Burhan, y el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, para mejorar el flujo de la ayuda.
En la nota, el Consejo sudanés reiteró su "compromiso para facilitar el flujo de ayuda" y "ofrecer todo lo que ayude en la llegada de esta ayuda a los necesitados en todo el país".
Con la apertura de estos cuatro aeropuertos, la cifra de instalaciones aeroportuarias para la recepción de ayuda humanitaria se elevó a seis, que se encuentran ya disponibles para los organismos internacionales, además de disponer de siete pasos terrestres acordados con anterioridad, agregó el Consejo.
"Estos días se ha establecido una comunicación eficaz para comenzar a fletar vuelos para el traslado de ayuda al estado de Kordofan Sur desde el aeropuerto de Yuba hasta el aeropuerto de Kadogly", añadió la nota, que destacó que el Gobierno sudanés "cumple todos los requisitos de entrada y flujo de ayuda por tierra, aire y mar".
"Estas decisiones parten de la responsabilidad del Gobierno y su voluntad de poner fin al sufrimiento de los ciudadanos, por lo que llama a la comunidad internacional para que cumpla con sus compromisos de ofrecer la ayuda material y financiera", indicó.
La guerra estalló en abril de 2023 por el desacuerdo entre el Ejército y las FAR respecto a la inclusión de los paramilitares en el poder surgido tras el golpe de Estado de 2021, que acabó con el intento de democratización del país tras el derrocamiento en 2019 del expresidente Omar al Bashir.
El conflicto ha provocado la muerte de decenas de miles de personas -hasta 150.000, según la Administración estadounidense-, así como el desplazamiento interno y exterior de más de diez millones. EFE