Los ministros de Defensa del G-7 expresan su preocupación por las "amenazas" a la seguridad de la FINUL

Los ministros de Defensa del G-7 abordan la escalada de violencia en Líbano, la seguridad de la FINUL y reafirman su apoyo a Ucrania ante la agresión rusa y la inestabilidad global

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Los ministros de Defensa del G-7 han manifestado este sábado su "preocupación" por las "amenazas" a la seguridad del contigente internacional desplegado en el sur de Líbano después de que en los últimos días varios 'cascos azules' de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) resultaran heridos en ataques israelíes.

"Estamos preopcuados por los últimos acontecimientos en Líbano y el riesgo de una mayor escalada. Expresamos nuestra preocupación por todas las amenazas a la seguridad de la FINUL", han expresado los ministros en un documento publicado tras la reunión mantenida en Nápoles, Italia.

Además, han subrayado que "la protección de las fuerzas de mantenimiento de la paz es una obligación para todas las partes de un conflicto". "También reafirmamos la importancia de apoyar a la FINUL y a las Fuerzas Armadas libanesas para garantizar la estabilidad y seguridad en Líbano", han añadido.

Por otra parte, han manifestado su "inquebrantable apoyo a Ucrania, que durante casi tres años se ha defendido contra la brutal guerra ilegal de agresión a gran escala". "Condenamos a Rusia, que se ha puesto en una situación de confrontación y desestabilización a escala global con su utilización de la guerra híbrida y el uso irresponsable de la retórica nuclear", han apuntado.

Por ello "subrayamos nuestra intención de seguir proporcionando ayuda a Ucrania, incluida ayuda militar a corto y largo plazo", han recalcado en un comunicado de los ministros de Defensa de Alemania, Canadá, Francia, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido.

El ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, ha denunciado "las brutales agresiones rusas en Ucarania y la situación crítica en Oriente Próximo, combinada con la profunda inestabilidad del África subsahariana y la creciente tensión en la región del indo-pacífico ponen de manifiesto un marco de seguridad deteriorado con previsiones que no pueden ser positivas para el futuro cercano".

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