Políticos hondureños han descuidado invertir en la construcción democrática, según estudio

Estudio revela que desde 1980, políticos hondureños han fallado en la educación cívica y el fortalecimiento de la identidad democrática, limitando el conocimiento sobre derechos y democracia en la población hondureña

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Tegucigalpa, 18 oct (EFE).- Desde que Honduras retornó al orden constitucional, en 1980, políticos de varios partidos "descuidaron invertir en la construcción de un estado democrático de derecho o en la construcción de una nación y una identidad hondureña basadas en valores y principios democráticos generales".

Así lo señala el 'Estudio de cultura cívica y convivencia en Honduras Construcción de una sociedad democrática: ¿Una tarea inconclusa?', presentado este viernes en Tegucigalpa con el auspicio de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES) en el país centroamericano y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Desde el denominado "retorno a la democracia entre 1980 y 1982, los líderes políticos de varios partidos descuidaron invertir en la construcción de un estado democrático de derecho o en la construcción de una nación y una identidad hondureña basadas en valores y principios democráticos generales", subraya el estudio.

En cambio, añade, se consolidaron las relaciones de poder entre ellos y sus asociados políticos, creando partidos cuya función principal ha sido servir como vehículos para competir electoralmente por el poder y ejercerlo cada cuatro años.

El estudio, hecho por la socióloga Julieta Castellanos y la periodista Thelma Mejía, "encontró una ciudadanía con conocimientos limitados sobre qué es la democracia, la Constitución y sus funciones, el estado de derecho, la estructura del Estado y los derechos y deberes de los ciudadanos".

El coordinador del estudio y director residente del IFES en Honduras, Marcelo Varela, indicó que la publicación "no analiza el ordenamiento jurídico, ni el diseño de la arquitectura institucional del Estado hondureño, ni evalúa el desempeño de ningún gobierno en particular y sus instituciones, sino que se ha concentrado en la nación, en las personas, más precisamente en la cultura cívico-democrática de Honduras".

Según la investigación, los hondureños, en general, desconocen o tienen un conocimiento elemental de lo que es la Constitución de la República y no tienen claro cuál es su finalidad.

Además, muchos tienen dudas sobre si Honduras es un país democrático, otros no saben qué es la democracia y algunos no tienen claro el concepto de democracia. La mayoría relaciona y reduce la democracia al ejercicio del sufragio cada cuatro años.

Añade que en los últimos 40 años el sistema político no ha conectado con el pueblo hondureño y que la mayoría no tiene un conocimiento fuerte de las instituciones democráticas que garantizan sus derechos.

Julieta Castellanos dijo a EFE que el estudio a profundidad sobre valores democráticos, refleja "cómo la gente asume la democracia, cómo la ha vivido, cómo la percibe, sobre todo una construcción que lleva más de 40 años".

"Uno de los temas que nos impactó bastante, es que los valores democráticos se viven de una forma, entienden (los hondureños) bien el concepto de tolerancia, de igualdad, de libertad, de respeto, pero se vive de otras formas. Para el caso, la igualdad se traduce en desigualdad muy mediatizada o muy interferida por la pobreza, por el grupo étnico al que pertenecen y por los temas de filiación política", agregó.

Thelma Mejía señaló en su exposición, entre otras cosas, que los hondureños se sienten orgullosos de muchas cosas y lugares, incluso de la selección nacional de fútbol, y que durante la investigación expresaron que "todavía valoran la libertad de expresión", aún cuando para muchos "los espacios se cierran para poder expresarse".

Los hondureños también creen en algunos de sus héroes de antes y después de la independencia de la Corona española, en 1821, pero "son muy pocos los referentes" que tienen entre el siglo XX y lo que va del XXI.

La ausencia de referencias en los últimos dos siglos ha obedecido a que los partidos políticos, los líderes o los caciques, se encargaban de borrar esa memoria para ser ellos los referentes de los hondureños, ser los que gestionan el empleo, un bono de ayuda gubernamental y cualquier otra necesidad, hasta un cita médica, según los testimonios recogidos para el estudio, acotó Mejía. EFE

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