Roma, 18 oct (EFE).- Los principales líderes sindicales italianos reclamaron este viernes al Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni "un relanzamiento de las políticas industriales" del país, comenzando con la convocatoria urgente de una mesa de negociación sobre la multinacional automovilística Stellanis con todas las partes implicadas, en la jornada de huelga convocada por los sindicatos del sector.
Ante las miles personas reunidas en la concentración convocada en Roma como parte de la jornada de protesta, Maurizio Landini, secretario general del mayor sindicato italiano, la CGIL, instó a Meloni a "convocar a los interlocutores sociales, a Stellantis y a las empresas de componentes porque necesitamos un plan estratégico global en Italia, y en Europa" y "no podemos esperar más".
También el secretario general de la CISL, Luigi Sbarra, pidió a Stellantis "que respete su compromiso" de relanzar la línea automovilística en el país "concentrando los recursos, las inversiones, los nuevos modelos, aumentando la capacidad productiva, salvaguardando todos los puestos de trabajo", junto a "una fuerte iniciativa política" del Gobierno para "garantizar" esa producción.
"El Gobierno debe convocar a (CEO de Stellantis, Carlos) Tavares junto con los sindicatos y pedirle que cumpla los compromisos adquiridos por Stellantis durante años, en los que se llevaba las aportaciones de este país, y también debe intervenir para bajar los costes energéticos, que son demasiado altos", reclamó el líder de la UIL, Pierpaolo Bombardieri.
Bajo el lema "Cambiemos de marcha: aceleremos hacia un futuro más justo", la manifestación, en la que participan unas 20.000 personas según los sindicatos, recorrió varias calles del centro de Roma hasta llegar a la plaza del Pueblo, con pancartas en las que se podía leer "la industria del automóvil merece más".
"En Italia producimos 300.000 coches cuando tendríamos capacidad para 1,5 millones", señaló Landini.
El paro nacional está convocado por los principales sindicatos del país, que no protestaban juntos desde 1994, e impulsado por la situación de los trabajadores de Stellantis, que comenzaron a movilizarse con la primera huelga el pasado 12 de abril para "reivindicar el relanzamiento de la industria automovilística".
Stellantis cesó temporalmente en octubre la producción de su modelo eléctrico Fiat 500 en el complejo de Mirafiori de la ciudad de Turín, y ahora le seguirán las suspensiones de fabricación de vehículos en las plantas italianas de Pomigliano d'Arco, Termoli o Pratola Serra, que se adoptarán en distintos días y varias franjas temporales durante el mes de noviembre.
La multinacional es clave en el sector industrial italiano y tiene varias fábricas con un total de 40.000 trabajadores. Los sindicatos han pedido la intervención del Gobierno de Giorgia Meloni, al alertar de que en 2024 la producción se situará en los niveles de 1957.
Todo ello en un contexto muy negativo para el sector del automóvil, pues en su último informe, la agencia Moody's rebajó sus previsiones de crecimiento para 2024 hasta el 0,4%, frente al 1,6% estimado anteriormente, y también se espera un crecimiento moderado del volumen en 2025.
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