El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el teniente coronel Herzi Halevi, ha asegurado este viernes que las "estimaciones más conservadoras" apuntan a que al menos 1.500 miembros del partido-milicia chií Hezbolá han fallecido víctimas de los ataques del Ejército israelí sobre Líbano.
"Supongo que hay más y no lo sabemos", ha manifestado Halevi durante una reunión con militares de la brigada Golani, desplegada en el sur de Líbano. Asimismo, el máximo responsable militar de Israel ha puesto en valor los "muy importantes logros" alcanzados por el Ejército de Israel en su ofensiva contra la milicia islamista.
Así las cosas, Halevi ha asegurado que las FDI están completamente comprometidas con el objetivo de atacar a Hezbolá "tan fuerte como sea posible", y ha destacado que en el último mes se ha logrado descabezar al grupo con la muerte de su secretario general, Hasán Nasralá, y varios de sus posibles sucesores.
"Hemos eliminado todo el nivel de mando superior, vosotros estáis eliminando a todo el nivel de mando local (en el sur de Líbano)", ha dicho Halevi, que ha repetido un argumento esgrimido por el Gobierno israelí, que asegura que Hezbolá está tratando de ocultar las enormes bajas sufridas en poco más de un mes.
Finalmente, Halevi ha aseverado que el régimen iraní, el principal soporte de Hezbolá, no está siendo capaz de entender qué está ocurriendo en Líbano para que la milicia chií --"el brazo central sobre el que se ha construido" en el país-- sume bajas todas las semanas. "Tratamos de que cada día haya una sorpresa", ha remachado.
Las autoridades de Líbano han confirmado que más de 2.400 personas han fallecido y otras casi 11.300 han resultado heridas víctimas de los ataques de Israel a lo largo del último año, especialmente en el último mes, cuando las FDI han intensificado sus bombardeos en el país e incluso han lanzado una incursión terrestre en el sur.
Las hostilidades entre Israel y Hezbolá se desataron hace ya poco más de un año cuando la milicia islamista lanzó proyectiles contra territorio israelí en solidaridad con la causa palestina y después de que Hamás atacara Israel, dejando casi 1.200 muertos y 240 rehenes, lo que motivó la respuesta israelí, que suma más de 42.300 muertos.
El Ejército de Israel recrudeció a mediados de septiembre su ofensiva contra Hezbolá con "bombardeos selectivos" contra posiciones en el sur de Líbano e incluso en barrios de Beirut. Estos ataques han logrado descabezar al grupo islamista con la muerte de su líder, Hasán Nasralá, y algunos de sus posibles sucesores.
La elevada cifra de heridos se debe al estallido coordinado a comienzos de septiembre de miles de dispositivos de comunicación --'buscas' y 'walkie-talkies'-- supuestamente vinculados a Hezbolá, que junto a sus socios salió rápidamente al paso para responsabilizar a Israel que, sin embargo, nunca llegó a pronunciarse al respecto.