La Cámara Baja del Parlamento de Alemania ha aprobado este viernes el paquete de medidas destinadas a combatir la inseguridad y contener la inmigración que el Gobierno de Olaf Scholz propuso a raíz de una serie de atentados terroristas islamistas, en particular después del asesinato a puñaladas de tres personas en Solingen a finales de agosto.
En materia de migración, la reforma plantea que los extranjeros que hayan pedido asilo en otro país de la UE no reciban ayudas públicas siempre que puedan abandonar Alemania, mientras que el plan incluye la prohibición general de armas blancas en actos públicos y mayores facilidades para comparar datos biométricos por internet en investigaciones sobre terrorismo, entre otros cambios.
El atentado de Solingen, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico, fue obra supuestamente de un ciudadano sirio de 26 años sobre el que pesaba una orden de expulsión a Bulgaria, por lo que el caso reavivó el debate sobre la política de Alemania en materia migratoria.
La reforma ha generado división en el seno de la coalición tripartita liderada por el Partido Socialdemócrata, mientras que la oposición conservadora, encabezada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), no ha ocultado que hubiera deseado medidas más ambiciosas.