Sergi Ill
Barcelona, 17 oct (EFE).- Asistir a una embarazada indispuesta, una urgencia cardíaca o una tortuga herida en el campo de regatas han sido de los incidentes más graves a los que se ha enfrentado Salvamento Marítimo en la Copa del América de Barcelona, donde ha desplegado cuatro embarcaciones para garantizar la seguridad en las aguas.
La capital catalana acoge desde el 22 de agosto y hasta el 27 de octubre la 37ª edición de la Copa del América, un evento deportivo de máxima importancia a nivel mundial donde millones de ojos se posan sobre Barcelona y que, hasta ahora, se ha caracterizado por la ausencia de incidencias graves, gracias al trabajo de los cuerpos de seguridad y de emergencias.
En este contexto, Salvamento Marítimo ha puesto todos los medios, con decenas de efectivos desplegados, para una rápida reacción en caso de ser necesario, y en las aguas de Barcelona cuenta con tres embarcaciones propias -Sar Mesana, Guardamar Polimnia y Salvamar Mintaka- y una cuarta de la Cruz Roja que colabora con ellos.
Desde el Centro de Coordinación de Seguridad y Gestión de las Emergencias (CECOR) del evento deportivo -el cerebro logístico que vela por prevenir y gestionar incidentes graves durante la cita deportiva-, el capitán marítimo de Barcelona, Javier Valencia, ha mostrado su satisfacción por el hecho de que no haya habido ningún problema grave.
Mientras se celebra la Copa del América, el CECOR actúa como los ojos guardianes de la cita deportiva, con un centro de mando que cuenta con múltiples pantallas y la presencia de todos cuerpos de emergencia participantes, que con una actitud "vigilante" garantiza la normalidad en el evento y una rápida capacidad de respuesta en caso de ser necesario.
De hecho, el capitán marítimo de Barcelona ha expresado que el CECOR toma las riendas de una emergencia cuando es grave, hasta el punto "que puede llegar a interrumpir las regatas" e incluso paralizar la transmisión televisiva del evento mundial, lo que significa "una responsabilidad importante", aunque es tajante: "Ante todo es la seguridad".
No obstante, sí que ha habido algunos incidentes leves, algo que Valencia ha tildado de previsible, y ha ejemplificado con el caso de una embarazada indispuesta, una persona con una urgencia cardíaca o también con embarcaciones de espectadores que se quedan sin motor y requieren ser remolcadas.
"Cuando hay mucho espectador, si te quedas sin motor puedes ir a la deriva y chocar con otros barcos", ha subrayado Valencia, que también ha indicado que una de las dificultades añadidas de la cita deportiva en Barcelona ha sido su celebración cerca de la playa, con muchas actividades y usuarios de aguas marítimas junto a las carreras que se desarrollan.
Por su parte, el controlador del centro de coordinación de Salvamento Marítimo en Barcelona Bernat Valverde ha explicado que las incidencias han sido sobre todo atender a personas indispuestas, embarcaciones menores a la deriva e incluso sacar del campo de regatas a una tortuga "medio herida", que dejaron en manos de los Agentes Rurales y del CRAM.
Sobre la cercanía del evento con la playa, ha subrayado que ha supuesto "una dificultad añadida", porque eso supone que sea de fácil acceso para muchas personas, incluso con embarcaciones sin motor, por lo que han trabajado para evitar que entraran en la zona considerada como peligrosa.
Uno de los barcos con los que cuenta Salvamento Marítimo es el Sar Mesana, un buque de 40 metros de eslora con una tripulación de 22 personas, donde once de ellos se pasan un mes entero, de guardia permanente ante cualquier emergencia que pueda presentarse en un momento determinado, hasta que la otra mitad les releva para hacer lo mismo.
Mientras no llegan las emergencias, Salvamento Marítimo se entrena para estar preparada, y por eso llevó ayer a cabo, en una zona cercana al área donde se desarrollan las regatas de la Copa del América, un simulacro de "persona al agua" con la prensa como invitada, que consistía en rescatar a un efectivo del cuerpo que simulaba ser un náufrago.
El simulacro pudo seguirse desde el buque Sar Mesana, que después se acercó a la zona donde se llevan a cabo las carreras, y, tras presenciar con sorpresa por parte de su tripulación como la favorita, Nueva Zelanda, parecía quedarse rezagada, volvió de nuevo al puerto de Barcelona, a la espera de una nueva emergencia que la haga zarpar. EFE
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