Scholz duda de la eficacia de centros de deportación fuera de la UE para contener la presión migratoria

Scholz cuestiona el modelo de centros de deportación desarrollados por la UE ante la creciente presión migratoria y destaca la necesidad de gestionar las llegadas irregulares para fomentar la migración legal

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El canciller alemán, Olaf Scholz, ha mostrado este jueves sus dudas respecto a que la creación de centros de deportación fuera de la UE para trasladar a los migrantes irregulares mientras esperan su expulsión definitiva sea una solución eficaz para afrontar la presión migratoria, tal y como defienden otros socios comunitarios como Italia.

"Está claro que conceptos que, cuando se miran las cifras, representan algunas gotas (en el océano), no son realmente una solución para un país tan grande como Alemania", ha dicho el socialdemócrata alemán en declaraciones a la prensa en Bruselas, a su llegada a una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en donde el debate sobre migración es uno de los asuntos clave de la agenda.

Aunque no se esperan decisiones, los líderes están llamados a explorar soluciones "innovadoras" como la de externalizar la gestión de las deportaciones a países terceros distintos a los de origen y tránsito de las personas que llegan a la UE de manera irregular pero no obtienen el estatus de refugiado.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió por carta a los líderes que aprovecharan esta reunión para explorar la idea de los centros de deportación y otras medidas como sancionar con medidas comerciales o restricciones en visados a los países terceros que no colaboren con los retornos.

Estas "ideas innovadoras" se encontraban también en una carta firmada por 14 países, entre ellos Francia, Alemania, Países Bajos, Polonia e Italia, que circuló entre las delegaciones para avanzar en la discusión del endurecimiento del control migratorio, más allá de lo acordado este mismo año bajo el marco del Pacto Migratorio.

Scholz --que no ha acudido pese a estar invitado a una cumbre en formato reducido con una decena de líderes, entre ellos la italiana Giorgia Meloni y el polaco Donald Tusk, previa al Consejo Europeo formal-- ha recordado que el pasado año llegaron unos 300.000 migrantes de manera irregular a Alemania pero que en un centro de deportación apenas se podrían albergar a entre 1.000 y 2.000 personas.

El alemán también ha advertido de que para mostrar la "apertura" que necesita el país a la migración legal para cubrir las necesidades de mano de obra es un "prerrequisito" reducir primero las llegadas irregulares.

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