La visita del rey Carlos reabre el debate sobre el futuro de la monarquía en Australia

La gira del rey Carlos III en Australia provoca un análisis sobre la monarquía y la república, con un 32 % a favor de un cambio y un 54,87 % que apoya el statu quo

Guardar

Rocío Otoya

Sídney (Australia), 17 oct (EFE).- La histórica visita del rey Carlos de Inglaterra a Australia, en su primer viaje como soberano a un reino de ultramar, ha reabierto un debate en el país oceánico en torno a la adopción de un modelo republicano o la preservación de los fuertes lazos con la Corona británica.

Australia, que desde que se convirtió en un Estado federado en 1901 se rige mediante un sistema monárquico con democracia parlamentaria, tiene actualmente a Carlos III como su jefe de Estado, a pesar de que el monarca está a más de 15.000 kilómetros de distancia y raramente pisa estas tierras australes.

Además, la gira del soberano de 73 años, que realiza junto a la reina Camila entre el 18 y el 26 de octubre a Australia y Samoa, es histórica para el país oceánico porque supone la primera visita de un soberano en funciones desde que la reina Isabel II viajó a Australia en 2011.

Y si bien Carlos III ha estado en Australia en dieciséis ocasiones e incluso pasó temporadas de adolescente en este país, esta visita tiene un cariz especial al ser su primera como monarca y emprenderla pese al cáncer que padece, anunciado por el Palacio de Buckingham el pasado febrero.

Esta gira histórica ha llevado al Movimiento Republicano de Australia a lanzar la campaña satírica 'Monarquía, la gira de despedida" para reflexionar sobre el futuro del país, mientras la Liga Monárquica de Australia ha organizado diversos eventos para recibir a los reyes defendiendo la estabilidad y la tradición que da la Corona británica.

Si bien los prorrepublicanos y los promonárquicos aprovechan el momento "para promover sus ideas", para Cindy McCreery, experta en monarquía moderna y colonialismo de la Universidad de Sídney, habría que sopesar "si la visita real será o no tan significativa" para los australianos.

McCreery consideró que los más de 27 millones de habitantes de Australia actualmente tienen otras preocupaciones, como el alto coste de vida, que se ha traducido en que un 12,5 % de la población padezca de inseguridad alimentaria, según un reciente informe de la ONG Foodbank Hunger.

La atención de los australianos también se centra en la guerra en Gaza, un asunto que ha polarizado al país, así como en el sabor amargo que dejó el fracaso el año pasado de un referéndum para crear un organismo consultivo indígena en el Parlamento de Camberra, precisó la historiadora cultural.

Su fracaso propició el colapso de los planes del primer ministro, el laborista Anthony Albanese, de convocar otro referendo para decidir si el país se convertía en una república en 2025, que será año electoral y anticipando que un cambio constitucional sería una opción aún más lejana si la coalición conservadora toma el poder.

"La cuestión ahora es si esta visita real realmente conseguirá que Australia se preocupe profundamente de una manera u otra sobre si seguir siendo una monarquía constitucional o convertirse en una república", apuntó McCreery.

De cara al futuro del modelo constitucional del país, los pronósticos son ambivalentes porque solo un 32 % quiere que Australia se convierta en república "tan pronto como sea posible", según una encuesta de YouGov publicada en 2023 con motivo del primer aniversario de la coronación de Carlos III.

Este sondeo también reveló que un 35 % se decanta por mantener la monarquía constitucional y otro 12 % quiere un cambio tras la muerte del rey, mientras el resto permanece indeciso.

El país oceánico celebró en 1999 un referendo, con doble mayoría, en el que el voto en favor de la república logró el 45,3 % de los votos, mientras que un 54,87 % apoyó el mantenimiento del statu quo, vinculado al origen de la Australia moderna a principios del siglo XX, cuando gran parte de la población occidental era inglesa o irlandesa. EFE

Guardar