La violencia en el noroeste de Etiopía pone "en grave peligro" a los refugiados de Sudán

Los ataques en Amhara por parte de fuerzas gubernamentales y milicias locales agravan la situación de los refugiados sudaneses, quienes sufren abusos y desplazamientos constantes en medio del conflicto armado

Guardar

Adís Abeba, 17 oct (EFE).- Los recientes enfrentamientos entre el Ejército de Etiopía y la milicia Fano en la región de Amhara, en el noroeste del país, han puesto "en grave peligro" a los refugiados sudaneses que se encuentran en campamentos cercanos a la frontera con Sudán y sus alrededores, denunció este jueves Human Rights Watch (HRW).

La organización instó al Gobierno etíope a intensificar la protección de los desplazados, "que durante más de un año han sido objeto de abusos y enfrentamientos por parte de pistoleros no identificados, milicias y, más recientemente, fuerzas gubernamentales".

Decenas de miles de sudaneses han buscado refugio en Etiopía desde el estallido del conflicto armado en Sudán en abril de 2023, muchos de ellos en dos campos de refugiados en Amhara donde se llevaron a cabo "asesinatos, palizas, saqueos, secuestros para pedir rescate y trabajos forzados", según un comunicado de HRW.

El pasado julio, las autoridades etíopes reubicaron a miles de estos refugiados en un nuevo campamento de Amhara, pero desde principios de septiembre tampoco allí la situación es segura por los enfrentamientos entre Fano, una milicia local, y las fuerzas federales cerca de los asentamientos.

"Los refugiados sudaneses en Etiopía llevan más de un año siendo objeto de abusos por parte de diversos actores armados", señaló la directora adjunta para África de HRW, Laetitia Bader, que pidió protección urgente, "no más amenazas a sus vidas".

La organización entrevistó a veinte refugiados sudaneses en tres campamentos de refugiados y un centro de tránsito de Amhara, habló con activistas y trabajadores humanitarios, y analizó imágenes de los asentamientos.

Según constató HRW, desde junio de 2023, "pistoleros no identificados y milicias locales han atacado repetidamente a los refugiados de los campos de Awlala y Kumer, en la zona de Gondar, cometiendo graves abusos, entre ellos al menos tres homicidios".

El pasado 1 de mayo, tras meses de incidentes violentos, más de mil refugiados sudaneses abandonaron los campos en señal de protesta, pero la Policía les cortó el paso y los obligó a refugiarse en una zona boscosa junto a la carretera.

A finales de julio, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y los Servicios para Refugiados y Retornados (RRS) reubicaron a más de 2.000 refugiados de Awlala y Kumer en el recién establecido emplazamiento de Aftit, también en la zona de Gondar.

Otros muchos desplazados se negaron a ser reubicados, temiendo más violencia, pero hombres armados que los atacaban casi a diario los obligaron a trasladarse a la ciudad de Metemma, cerca de la frontera con Sudán.

Al principio, las autoridades etíopes les permitieron instalar refugios temporales al borde de la carretera, pero el 21 de agosto las fuerzas etíopes les ordenaron que se trasladaran al centro de tránsito de Metemma, destruyendo sus asentamientos.

"Me golpearon cinco veces en las costillas derechas (...). Empezaron a insultarnos, a decirnos que si no queríamos quedarnos en Etiopía, que volviéramos a nuestro país, a Sudán", relató un refugiado de 45 años a HRW.

Cientos de refugiados fueron devueltos a Sudán. Aunque según Acnur lo hicieron voluntariamente, varios de ellos aseguraron a HRW que las fuerzas de seguridad etíopes los devolvieron por la fuerza.

"Todas las fuerzas militares y grupos armados deben poner fin a los abusos contra los refugiados, permanecer fuera de los campamentos y facilitar la entrega segura de ayuda humanitaria", exigió la ONG.

La región de Amhara se encuentra en estado de emergencia desde que a finales de julio de 2023 estallara la violencia por el enfrentamiento entre la milicia Fano y el Gobierno federal. EFE

Guardar