Tokio, 17 oct (EFE).- El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, realizó este jueves una ofrenda floral en el santuario Yasukuni de Tokio, un lugar de gran controversia con países vecinos debido a sus vínculos militaristas, con motivo del festival de otoño, una práctica habitual entre los mandatarios del país.
La ofrenda de este jueves, como en otras ocasiones, consistió en el envío de un árbol "masakaki" en su nombre, un gesto que los primeros ministros japoneses vienen repitiendo desde hace años con motivo de los festivales de primavera y otoño, y que China y Corea del Sur ven con desaprobación.
Es la primera vez que el primer ministro nipón envía esta ofrenda, siguiendo el ejemplo de los pasados mandatarios, Fumio Kishida, Yoshihide Suga o Shinzo Abe, auqnue se espera que evite visitar Yasukuni para no generar confrontación con los países vecinos.
En Yasukuni se honra a los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945, más de 2,4 millones de personas, entre las que figuran 14 políticos y oficiales del ejército imperial condenados por un tribunal internacional como criminales de guerra de clase A tras la Segunda Guerra Mundial.
Ningún jefe de Gobierno japonés en funciones ha visitado el santuario después de que Shinzo Abe se personara para realizar la ofrenda en diciembre de 2013, desatando críticas dentro y fuera del país que motivaron el comienzo del envío de las ofrendas.
Mientras los primeros ministros se abstienen de visitar el polémico santuario, es frecuente que grupos de parlamentarios vayan al mismo en estas fechas o entreguen ofrendas.
Este es caso del presidente de la cámara de consejeros, Hidehisa Otsuji, el ministro de Sanidad, Trabajo y Bienestar, Takamaro Fukuoka, o la antigua candidata a presidir el Partido Liberal Democrático (PLD) Sanae Takaichi. EFE