Un alemán al frente de Inglaterra

Thomas Tuchel asume la dirección de la selección inglesa en medio de controversias sobre la elección de un entrenador extranjero y la presión por lograr títulos en el Mundial 2026

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Manuel Sánchez Gómez

Londres, 16 oct (EFE).- "La hora más oscura de Inglaterra" bien podría ser un titular de 1940, acompañado por una foto de Winston Churchill, y relatando uno de los sistemáticos bombardeos que sufrió Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esa línea la escribe el "Daily Mail" para representar la llegada de Thomas Tuchel a la selección inglesa. "Somos el hazmerreír del fútbol mundial", añaden.

Tuchel, confirmado este miércoles como nuevo técnico de los 'Tres Leones', es el tercer extranjero en dirigir a la selección, tras Sven-Goran Eriksson, entre 2001 y 2006, y Fabio Capello (2008-2012), pero seguramente sea el más polémico.

Muchos alegan que es simplemente por ser extranjero y por romper esa regla no escrita del fútbol de selecciones de que tienen que enfrentarse los mejores de un país contra los mejores de otro -de hecho, un equipo con un técnico extranjero nunca ha ganado la Copa del Mundo y solo se ha dado una vez en una Eurocopa (Otto Rehhagel con Grecia en 2004)-.

"Quiero un inglés para Inglaterra. Soy muy patriótico", exclamó Harry Redknapp, que pasó por Tottenham, West Ham y Southampton, entre otros.

"El problema es de la FA. A este equipo inglés le hace falta un lateral izquierdo, pero nadie considera nacionalizar a una promesa española o francesa. Alemania nunca pondría a un inglés como entrenador y es lo correcto. Saben que esa posición es obligatoria para un alemán", escriben en el "Telegraph".

Muchos de estos análisis parecen obviar o directamente les da igual que la selección inglesa femenina, ganadora de la pasada Eurocopa y finalista del Mundial, está entrenada por Sarina Wiegman, holandesa.

Es obvio que un alemán al frente de Inglaterra va a levantar muchas ampollas. En cuanto comenzaron los primeros rumores sobre la llegada de Tuchel, muchos aficionados comenzaron a preguntarse qué pasaría con uno de sus cánticos más ofensivos, el "Ten German Bombers".

Esta canción, utilizada en las previas de los partidos contra Alemania, se burla de los aviadores alemanes derribados por los ingleses en la Segunda Guerra Mundial y tanto la FA como la UEFA avisó de que aquellos que la cantaran, en la Eurocopa de 2021 y en el pasado torneo en Alemania, podrían enfrentarse a sanciones.

Además, Inglaterra siempre ha considerado a Alemania su rival natural en el fútbol. Mientras que los alemanes quizás hayan visto más como enemigos a italianos, holandeses e incluso españoles, los ingleses han mirado a los germanos con odio y continuas ganas de revancha.

Pese a que para entonces ya se habían jugado muchos partidos entre Alemania e Inglaterra, pero el primero polémico fue en 1935, en White Hart Lane, cuando la esvástica nazi ondeó en el estadio del Tottenham, precisamente uno de los equipos con más afición judía.

Inglaterra ganó 3-0 aquel día, pero eso fue lo de menos. En las inmediaciones del estadio hubo manifestaciones y protestas contra el encuentro, mientras dentro del campo los jugadores alemanes realizaban el saludo nazi y la bandera alemana, con la esvástica en el centro, ondeaba en White Hart Lane.

Hasta que Ernie Wooley, un aficionado inglés, sacó un cuchillo, cortó la cuerda y esta se desplomó en el césped. "En ese país odiamos esa bandera", dijo Wooley, mientras era arrestado por la policía. Su acto nunca fue juzgado, pero siempre es recordado como el chico que hizo caer la bandera nazi en White Hart Lane.

Tres años después, volvieron a verse las caras, esta vez en el estadio Olímpico de Berlín, ante 110.000 personas y con los miembros de ambos equipos, alemanes e ingleses, haciendo el saludo nazi a menos de dos meses de la anexión de Austria y a menos de un año del comienzo de la guerra. Este encuentro, que sirvió a Adolf Hitler como un instrumento más de propaganda, fue el último que se jugó antes de la Segunda Guerra Mundial.

A partir de ahí comenzaron los duelos modernos, con la final de la Copa del Mundo de 1966 como pináculo de la rivalidad. Ese partido se lo llevó Inglaterra con el hat trick de Geoff Hurst y su polémico gol que puede que sí o puede que no superase la línea, antes de que Alemania dominara en las semifinales del Mundial de 1990 y en la tanda de penaltis de las semifinales de la Euro 1996, esa que se disputó en suelo inglés y en la que el que falló el último penalti fue Gareth Southgate.

Después se volvieron a enfrentar en partido oficial en los octavos de final del Mundial de 2010, donde los alemanes pasaron por encima con un doloroso 4-0, pero en el que los ingleses aún se preguntan qué hubiera pasado si existiera por entonces el VAR y el disparo de Frank Lampard que superó a Manuel Neuer, tocó en el larguero y botó dentro hubiese sido concedido como gol.

Su último duelo importante, en los octavos de final de la pasada Euro de 2021, se lo llevó Inglaterra, pero quedó descafeinado al no acabar con el título en sus vitrinas.

Ahora Tuchel llega para paliar la falta de títulos en una selección que lleva sin tocar plata desde 1966 y tendrá que hacer frente a una presión sin precedentes en la historia de este equipo.

"La desesperación en Inglaterra debe ser enorme si admiten que ahora sólo un alemán puede ayudar", dice "Bild", recordando la ausencia de técnicos ingleses de renombre.

"Thomas Tuchel no será recibido con los brazos abiertos como seleccionador inglés. Esto es fácil de entender, porque como se puede ver entre líneas, lo más probable es que se le culpe por algo en lo que no puede influir, pero que es importante para los ingleses: no es inglés. Y además es alemán", añade "Kicker".

La FA ha realizado su apuesta y el resultado se conocerá en julio de 2026, cuando Inglaterra acuda al Mundial en el sesenta aniversario de su última conquista. Lo hará, si nada se tuerce, con un alemán al frente. Quién se lo hubiera dicho.

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