Tusk alega que la suspensión del derecho de asilo busca frenar el flujo migratorio "organizado" por Lukashenko

Tusk defiende una nueva estrategia migratoria que propone suspender el derecho de asilo para quienes crucen irregulares desde Bielorrusia, argumentando un flujo "organizado" por los líderes de Bielorrusia y Rusia

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El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha defendido este miércoles ante el Parlamento la nueva estrategia migratoria adoptada el martes por su Gobierno y que contempla la suspensión del derecho de asilo para quienes crucen la frontera desde Bielorrusia de manera irregular, alegando que no implica un retroceso en materia de Derechos Humanos sino que responde a la necesidad de frenar un flujo fomentado por intereses políticos.

"Recuperar el control. Garantizar la seguridad". Con estas palabras resumió el martes una estrategia pendiente aún de aprobación --el Gobierno prevé trasladarla al Parlamento en las próximas semanas-- y que llega en pleno debate dentro de la UE sobre cómo responder al desafío migratorio. En el caso polaco, este desafío tiene como principal escenario la frontera bielorrusa, donde se han registrado este año unos 28.000 intentos de cruce, con afganos, iraníes, iraquíes, somalíes y sirios como principales nacionalidades.

Una de las propuestas contempla no aceptar las peticiones de asilo de quienes entren en territorio polaco de manera irregular, por entender que se trata de un flujo "organizado" por el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado a su vez del ruso Vladimir Putin. "Nadie habla de suspender los Derechos Humanos. Nadie habla de suspender el derecho de asilo", ha zanjado, en un discurso ante el Parlamento en el que ha llamado a revisar normas "obsoletas".

En este sentido, ha dicho que Lukashenko y Putin utilizan la presión migratoria como una herramienta de presión y de desestabilización, tanto de Polonia como de Europa. Tusk ha señalado que no ha habido "ni un solo caso" de un opositor bielorruso que intentase entrar en Polonia de esta manera, en una respuesta directa al presidente polaco, Andrzej Duda.

El jefe de Estado, también ante el Parlamento, ha afirmado que el plan del Gobierno no reducirá las entradas ilegales ni aumentará la seguridad en la frontera. Se trata, a su juicio, de "un error fatal", entre otras cosas porque entiende que los disidentes bielorrusos pueden tener más complicado solicitar asilo.

Los diputados del partido Ley y Justicia (PiS), que gobernaba el país hasta hace un año, se han ausentado del hemiciclo durante el discurso de Tusk como señal de protesta. El primer ministro ha aprovechado su alocución para recordar que en 2023 Polonia se libró de un Gobierno que no ha dudado en describir como "malvado", entre aplausos de sus socios políticos.

DEBATE EUROPEO

Tras la presentación en el Parlamento nacional, Tusk quiere explicar los detalles de su estrategia a los socios europeos en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE este jueves en Bruselas y abrir con ello una reflexión de fondo sobre las deficiencias de la política migratoria y de asilo europea que lleve a nuevas reformas.

Frente a España, que defiende la urgencia de aplicar el Pacto de Migración y Asilo acordado este mismo año y cuya aplicación está prevista para 2026, otros países como Polonia se resisten a la reforma porque consideran que no resuelve asuntos clave como las dificultades para deportar a los migrantes irregulares.

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